Libros patéticos
Siguiendo los cuatro movimientos de la Sinfonía no. 6 "Patética" de Tchaikovsky, Fernando Medina propuso cuatro grandes libros que pueden considerarse los más patéticos de la literatura.
El 29 de octubre de 1893, un día después del estreno de su sexta sinfonía, el gran compositor ruso Pyotr Ilych Tchaikovsky y su hermano menor, Modest, discutieron acerca del título que llevaría la partitura para su publicación. Tchaikovsky estaba convencido de que debía llevar título, por su carácter programático, pero ninguno lo convencía. Una de las posibilidades era Sinfonía Trágica. "No, Trágica no puede ser";, declaró el compositor; "los movimientos de la sinfonía son de ánimos muy diversos y no es esa la emoción que los une";. Fue su hermano quien finalmente propuso la palabra Pateticheskaya, Patética, que Tchaikovsky juzgó perfecta y que tomaría un alcance poético definitivo cuando apenas nueve días más tarde, el compositor inesperadamente falleció, a la edad de 53 años, convirtiendo en premonitorios esos acordes severos, lentos y sobrecogedores, como un corazón que se apaga, con que culmina su sinfonía.
En la literatura, luego, ¿de qué obras puede decirse que piden para su definición, antes que la palabra Trágica, la palabra Patética? El guardián de los libros se propuso ilustrar la búsqueda de esa distinción seleccionando cuatro libros, uno por cada uno de los cuatro movimientos de la gran sinfonía de Tchaikovsky:
1: Adagio/Goethe: Werther, el enamorado-suicida como disfraz patético del novelista bajo la consabida y abyecta amenaza sentimental: "o permaneces junto a mí, o me mataré";.
2: Allegro con grazia/Henry James: La patética muerte de la frágil y vital Milly Theale; Las alas de la paloma;
3: Allegro molto vivace/Shakespeare: Falstaff, el gran patético. Bondadoso, borracho, sabio, triste, irresistible (puesto de los pelos en una comedia menor, por capricho de la reina) y del que vagamente sabemos que ha muerto.
4: Adagio lamentoso/Ian McEwan: Briony Tallis y la novela dentro
de la novela; versión patética de un gran amor imposible.