Oír con los ojos

La discoteca de Guilherme de Alencar Pinto

Primera entrega de una serie de columnas en las que el musicólogo y docente comenta sus discos favoritos. En esta oportunidad: 'La Consagración de la Primavera', por la Orquesta de Cleveland dirigida por Pierre Boulez.

Le sacre du printemps -originalmente un ballet, las más de las veces, luego, pieza de concierto-, es la obra maestra del compositor ruso Igor Stravinsky. Su composición y fecha de estreno, uno de los grandes acontecimientos en la historia de la música moderna, corresponden a 1913. "No es difícil imaginar -escribió Boulez- la excitación física, el estupor que provocaron la tensión y la vida rítmica de ciertas partes de la obra, en un mundo en el que una estética civilizada a menudo se agotó y se extinguió en afabilidades apagadas."  

Para Guilherme de Alencar Pinto, La Consagración de la Primavera pasó de ser la música de los dinosaurios, en Fantasia (Walt Disney, 1940), en su infancia, en su primer encuentro con la música a ser "esa obra que nunca se desgasta, que cuanto más aprendía yo sobre música, más florecía, como una expresión del inicio mismo de la obra, esa imagen de la primavera, que va como brotando y ramificándose".

Los fragmentos de la obra presentados y comentados durante el programa -la Introducción, la Danza de los Adolescentes, Introducción a la Segunda Parte y Círculos Misteriosos- se escucharon en una de las interpretaciones más aclamadas por la crítica especializada. Grabada en 1969 por la CBS, con la Orquesta de Cleveland bajo la dirección del maestro francés Pierre Boulez, célebre por su visión ultraanalítica de las obras que dirigía, suele aparecer al tope de las listas de recomendaciones discorgráficas para esta obra. "Boulez hace que se escuchen con claridad todos los sonidos, los detalles, los elementos constructivos de la obra", comentó Guilherme de Alencar Pinto.