El monstruo: el rostro del terror en México
Documental sobre los sicarios dirigido por Luis Carlos Davis cuenta la historia de tres asesinos a sueldo, cómo comenzaron y cómo afectó sus vidas.
Luis Carlos Davis es cineasta y periodista mexicano. Es el director de "El monstruo", un documental que busca mostrar el mundo desconocido del sicariato en México.
Cuando ya tenía toda la película lista Davis pensó en no publicarla debido al desgaste que le provocó a nivel personal, pero hace tres semanas le planteó su problema a otro director de cine en Toluca y de esa charla surgió la convicción de terminarla.
Así fue que este final de trabajo coincidió con la participación en el Internet Freedom Festival (IFF), un evento mundial sobre censura y vigilancia en la red. Fue entonces cuando el director propuso que el estreno mundial se realizara en Valencia.
Y algo tiene que ver con el encuentro porque en un momento de la película uno de los entrevistados explica cómo el narcotráfico está usando las redes sociales para infundir "el terror" en la sociedad mexicana.
En una entrevista pocos minutos antes del estreno Davis explicó a La Mañana de El Espectador que fue una experiencia muy personal la que lo motivó a rodar la película.
Fue un proceso largo que supo de dudas y vacilaciones, incluso de un par de ocasiones en las que había decidido no realizar la película. Davis admite que no resultó fácil hablar con estos criminales y que mucha gente no quiere saber de ellos.
Finalmente el documental incluye los testimonios de tres sicarios, de tres generaciones diferentes. Uno de 20, que empezó por necesidades económicas y frustración; uno de 40, que tenía una familia de clase alta que lo excluyó por haber matado a alguien; y uno de 65, que era muy pobre y que se inició en el delito para sobrevivir.
Pero ¿cómo son las personas que matan por dinero?
Estas personas que según el director pueden parecer maestros de escuela o albañiles cuentan en la película algunas de las formas en las que asesinan personas, desde descuartizamientos hasta entregar un secuestrado a un león en una jaula.
Por estos detalles que Davis asegura que la película le quita el glamour al narcotráfico de una manera muy dura, que no es fácil de soportar para todo el mundo.
Pero hay otra característica personal de Davis que lo hace interesante y es que vive en la frontera sur de Estados Unidos. Desde ese lugar se ve de un modo especial la polémica con el presidente de los Estados Unidos Donald Trump por la construcción de un muro que impida el traslado entre ambos lados de la frontera.