Cultura

La lluvia corona el debut de Phil Collins en el Estadio Centenario

La lluvia corona el debut de Phil Collins en el Estadio Centenario

El cantante británico Phil Collins inundó el mítico Estadio Centenario con sus clásicos -consolidados a lo largo de más de 40 años de carrera- y la fuerte lluvia que cayó sobre el público coronó, en vez de obnubilar, su estreno en el país como parte de su última gira Not Dead Yet.

Recibido entre gritos y aplausos por los miles de espectadores que llenaron el recinto ansiosos por ver el debut de su ídolo en Uruguay, Collins probó que "aún no está muerto" después de haber interrumpido su carrera en el 2011 por problemas de salud.

"Hola Montevideo", saludó al público el británico, arriesgando unas pocas palabras en español tras entrar al escenario con bastón y caminando con cierta dificultad.

Antes de abrir el concierto con una de sus más populares canciones -Against All Odds (Take a Look at me Now)- también recordó que era su primera vez en el país y agradeció al público en el idioma local: "¡Muchas gracias!".

Pese a que sus condiciones de salud no le permitieron cantar de pie, junto a su banda logró levantar al público con varios de sus éxitos como Missed Again, Who Said I Would, Heaven, You Can't Hurry Love o Dance into the Light.

Además de cantar y bailar al ritmo de los clásicos de Collins, los asistentes no dejaron de agradecer el esfuerzo de su ídolo en hacerse presente a través de largos aplausos, silbidos y gritos casi histéricos.

Sin embargo, el teniente de la Real Orden Victoriana británica no dejó de compartir el protagonismo con los demás músicos que lo acompañaban en el concierto, entre ellos su hijo Nicholas Collins, de apenas 16 años, quien estuvo a cargo de la batería.

El juego de luces que acompañaba el ritmo de cada canción, competía con los relámpagos que rayaban el cielo, hasta que la fuerte lluvia que se anunciaba desde el principio de la noche finalmente cayó mientras cantaba You Can't Hurry Love, la canción número 11 de un repertorio de 16.

Pero para el público uruguayo la lluvia no supuso una molestia, sino un regalo meteorológico que animó todavía más la fiesta que se había armado. En pocos minutos los paraguas y capas dominaron el paisaje en la Tribuna Olímpica del Centenario.

Durante el concierto, las pantallas no solo sirvieron para acercar la imagen de Collins al público que se encontraba más lejos del escenario, sino también para recordar la trayectoria musical del que fue baterista y percusionista del exitoso grupo británico de pop rock progresivo Genesis desde 1970 hasta 1996, cuando decidió dedicarse a su carrera de solista.

Hanging in Long Enough, Throwing it All Away, Follow You Follow Me, Separate Lives, In The Air Tonight, Invisible Touch, Easy Lover y Sussudio fueron otras de las canciones que integraron el repertorio de esta noche.

Luego de Sussudio, Collins se levantó para agradecer al público con una reverencia al lado de su banda, y se retiró del escenario, pese a su dificultad de caminar, para volver en seguida y cerrar la velada con Take Me Home.

Al final del concierto, el británico echó mano de su rudimentario español para dar, una vez más, las "gracias" y también pidió disculpas al público, ya en inglés, por la lluvia que no dio tregua durante casi la mitad del show.

Por fin, se retiró del escenario distribuyendo saludos y tirando besos entre más gritos y aplausos de los espectadores.

Antes del concierto de Collins, que empezó poco después de las 21.00 hora local, la banda anglo-estadounidense de rock The Pretenders, invitada especial de la gira Not Dead Yet, arrancó la velada de este sábado con una presentación de casi hora y media que contó con clásicos como I'll Stand by You. EFE