Oír con los ojos

Una ficción con el control corporativo como objeto de crítica

En Consiliencia, la ciudad-prisión creada por Margaret Atwood en su novela 'Por último el corazón', los habitantes viven, por turnos, un mes en libertad y otro en la cárcel.  

En esta entrega de Oír con los ojos, Lucía Campanella completó su reseña de El cuento de la criada, de 1985, e invitó a conocer la novela más reciente de Atwood, The Heart Goes Last (en nuestro idioma, Por último el corazón, Salamandra), publicada en 2015. Como El cuento de la criada, es una distopía, pero presenta un mundo particularmente reconocible. Es un mundo en severa crisis económica, en el que no hay trabajo y en el que la mayor parte de la gente perdió sus casas. "Como una amplificación de la crisis de 2008 en EEUU, la crisis de las hipotecas", dice Lucía Campanella. Los protagonistas de la novela, Stan y Charmaine, viven en su auto y se las arreglan como pueden. Ella conserva su empleo, él perdió el suyo. Ella mantiene una actitud entre positiva e ingenua. Él se debate entre la amargura y la desilusión. Saben que algo tienen que hacer. La gente que la pasa peor, que se ha vuelto hostil, peligrosa, los preocupa. La situación no se sostiene, y así conocen un extraño proyecto de ciudad penitenciaria, donde la gente vive bien, donde hay desempleo cero, y es allí que depositan sus esperanzas de salir adelante.

En Consiliencia, la ciudad-prisión, los ciudadanos, que no han cometido ningún crimen, van voluntariamente a la cárcel: un mes sí, un mes no. Cuando están en libertad, viven bien, pues allí se les da todo. Cuando están presos, trabajan para los que están afuera. De ese modo financian el sistema. Al principio, todo parece marchar bien, sobre todo para Charmaine, que parece estar muy satisfecha con cómo van las cosas, pero la novela prueba ser una buena novela, no exenta de humor, de cultura pop, de suspense, de reflexión acerca de la sexualidad humana, cuando, presentado el estado de cosas, el escenario de la ficción, comienzan a suceder, a quedar en evidencia, cosas verdaderamente inquietantes para cualquier lector, cosas de las que Lucía Campanella adelantó, sin necesidad de spoilers, detalles de muchísimo interés.

Con The Handmaid's Tale, con The Heart Goes Last, la canadiense Margaret Atwood ha probado ser una de las grandes maestras de la llamada spec-fic o ficción especulativa, narraciones que parten de versiones al mismo tiempo muy simples y muy profundas de la pregunta "¿qué sucedería si...?" En el caso de The Heart Goes Last la pregunta en cuestión podría ser: ¿iría una persona voluntariamente a la cárcel, un mes sí, un mes no, si las autoridades le garantizaran su seguridad personal y le solucionaran todos sus problemas económicos?