Dos mujeres y un hombre uniformados entraron al campo de juego durante la final del mundo que disputaron el domingo Francia e Inglaterra. La acción duró medio minuto: tres de ellos corrieron hacia diferentes lugares de la cancha y chocaron los cinco con algunos jugadores antes de ser detenidos por la seguridad. Un cuarto integrante fue detenido antes de llegar al césped.

"¡Noticia de última hora! Hace apenas unos minutos, cuatro miembros de Pussy Riot se presentaron en el partido final del Mundial de la FIFA. La policía entra en el juego", comienza el comunicado que difundió el grupo a través de sus redes sociales. 

"Exigimos: la liberación de todos los presos políticos, que no se encarcele por likes, el fin de los arrestos ilegales en manifestaciones, que se permita una competición política en el país, que no se fabriquen acusaciones penales, que no mantenga a la gente en las cárceles sin motivo, y que la policía terrenal se convierta en la policía celestial".

No es la primera vez que el colectivo elige este tipo de método para hacer oír sus reclamos. El 21 de febrero de 2012, como parte de su protesta contra la reelección de Vladímir Putin, Maria Aliójina, Yekaterina Samutsévich y Nadezhda Tolokónnikova, integrantes de Pussy Riot, entraron en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú de la Iglesia Ortodoxa rusa e interpretaron una canción en el altar. Aquello les valió una sentencia de dos años de prisión por haber «socavado el orden social».

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