Oír con los ojos

Bajo los efectos de la lectura: Inés Bortagaray

Bajo los efectos de la lectura: Inés Bortagaray

Esta vez, más bien, bajo los efectos de la escritura. Como Horacio Quiroga, como Enrique Amorim, como Marosa di Giorgio, Inés Bortagaray nació en Salto. Cuando publicó Prontos, listos, ya en 2006, se decía de ella que era "una de las escritoras más prometedoras de la narrativa uruguaya actual", y ahora, con Cuántas aventuras nos aguardan, su nueva novela, la promesa está acaso cumplida.

Bortagaray (1975) es además guionista. Al respecto dice: "No tengo mucho control. La escritura para mí parte de esa búsqueda a través de las imágenes. Es así. Me resulta muy natural. Lo que en algún momento del camino me pregunté, y hasta me temí, fue si la escritura de guiones de cine no habría arrasado algo del estilo, algo de mi voz, no como guionista sino como escritora. Si esa escritura tan anclada en las imágenes, a veces tan funcional, no estaría contaminando esa otra voz. Pienso yo que no, pero durante la escritura está bien, igual, tener todas las alertas encendidas". 

Cuántas aventuras nos aguardan, publicado por Criatura Editora, es su tercer libro: "Yo quería escribir una historia de amor -escribe en el prólogo-. No estoy segura de que me haya salido, pero eso es algo que yo no he de anticipar y que ya decidirán ustedes..."

La alegría de haber publicado un libro; si el libro debía llevar, o no, un prólogo; si Cuántas aventuras nos aguardan es o no una novela de amor. Las afinidades espirituales de Inés Bortagaray. La felicidad y la infelicidad conyugal -quizá uno de los temas centrales del libro- como asunto literario. Son algunos de los temas de esta entrevista. También el tiempo perdido, según la expresión de Marcel Proust, y porque la novela, en tanto que escenas de la vida de una protagonista, está llena de pasado. La autora fue clara en ese sentido: "No me desvela tanto. No. Sí siento algo de lo del título, 'Cuántas aventuras nos aguardan'. Eso para mí es un faro importante. Siento que quiero hacer tantas cosas, y hay algo para mí tan importante en estar encendida, que me gustaría poder hacerlas y estar bien para hacerlas..."

En el final, la invitación para Inés Bortagaray fue la de recordar a una niña de la ficción, un personaje de los libros o del cine con particular destaque en su memoria; y lo mismo una historia de amor que podía ser una novela o una película, y que resultó ser las dos las cosas: Gone with the Wind.