Mark Knopfler, veinte años demostrando que hay vida después de Dire Straits
Es una leyenda viva, uno de los mejores guitarristas y compositores de todos los tiempos con casi medio siglo de carrera en su haber y, sin embargo, Mark Knopfler (Glasgow, 1949) destila humildad por los cuatro costados y aún le queda "mucho por aprender".
A sus 69 años, el británico saca su noveno disco de estudio en solitario el próximo 16 de noviembre, titulado "Down The Road Wherever", y está deseando embarcarse en la gira que le llevará por Europa y América presentando su nuevo trabajo.
Según reveló en una entrevista con Efe en Londres, Knopfler no siente "ningún tipo de presión" por las expectativas que la gente tiene depositadas en él a la hora de componer nuevos temas.
"Cuando hago música lo único que pienso es ¿esto sería divertido tocarlo sobre el escenario?", aseguró, al tiempo que restó importancia a su mitificada figura.
"No tengo nada que demostrarle a nadie. Simplemente me centro en que la canción que estoy haciendo vaya a funcionar", afirmó desde las oficinas de su sello discográfico, British Grove.
Han pasado ya más de veinte años desde la disolución de Dire Straits, la banda que le lanzó al estrellato, pero sigue resultando casi imposible desvincular su figura del exitoso cuarteto que conquistó al mundo con "Sultans of Swing" en 1978.
El escocés es consciente de ello y lo asume con orgullo porque Dire Straits fue "algo muy grande", aunque reconoció que cuando el grupo se disolvió en 1995 fue porque ya estaba "aburrido". "Creces, cambias... y quería buscar nuevos retos. Hacer más cosas", confesó sin acritud hacia el grupo al que tanto debe.
Con todo, Knopfler sabe que cuando alguien compra la entrada para uno de sus conciertos quiere escuchar algunos de los clásicos de Dire Straits.
"Ti, ti, titirín..." -entonó el músico mientras puso las manos como si estuviera sosteniendo una guitarra imaginaria imitando los tres primeros acordes de la melodía de "Brothers in Arms"-, al tiempo que declaró que eso es "lo que quieren los espectadores" y se refirió a la locura que se desata cuando comienza esa canción.
También manifestó que le gusta cantar "Romeo and Juliet", entre otros clásicos de su época grupal, y afirmó que se esfuerza por tocar esos temas "lo mejor" que puede porque entiende lo significativos que son para sus fans.
"Son importantes para la vida de la gente, les recuerdan a su infancia, a lo que hacían cuando eran jóvenes, donde solían ir, las cosas que solían hacer. Es muy especial", declaró.
Los nuevos retos que mencionaba Knopfler le han llevado a componer bandas sonoras de películas como "La Princesa Prometida" o "Local Hero", de la que se siente especialmente satisfecho por el buen "feedback" que ha recibido siempre.
Tanto es así, que ahora el músico ha compuesto la banda sonora del musical basado en el largometraje que verá la luz el año que viene, una gesta que ni él mismo termina de creerse. "¿Quién me iba a decir a mí que iba a acabar haciendo un musical?", se preguntó con incredulidad.
Interrogado sobre si se considera mejor vocalista, compositor o guitarrista, Mark Knopfler no tiene ninguna duda. "Definitivamente lo que mejor hago es escribir. Es lo que me diferencia. Hay músicos impresionantes y yo creo que nunca estaré a su altura pero mi 'excusa' es que yo escribo", argumentó.
El escocés -responsable intelectual de éxitos propios y también ajenos como "Private Dancer", que cedió a Tina Turner- adelantó que "quiere seguir escribiendo tanto como pueda".
"Me gustaría aprender a tocar mejor la guitarra, que me enseñaran a hacer cosas distintas a las que hago", señaló, algo que parece inaudito viniendo de alguien que está considerado uno de los mejores guitarristas de la historia del rock. EFE