Bajo los efectos de la lectura: Vlady Kociancich
La gran escritora argentina nacida en 1941, narradora, ensayista, lectora exquisita y generosa; dueña de un tesoro biográfico verdaderamente grande: su íntima amistad, personal y literaria, con Jorge Luis Borges y con Adolfo Bioy Casares, que siempre parecer ser para ella una fuente de riquezas y de inspiración, nunca un peso o un motivo de eclipse; prepara una nueva novela (viene de publicar, en 2016, El secreto de Irina) y conversó con Fernando Medina para Oír con los ojos.
Los temas:
En El secreto de Irina, el viaje (tema recurrente en sus novelas; ella misma es una gran viajera) es a la costa maya de México. En su nueva novela, que todavía no tiene título, el viaje, adelantó, es a Roma.
El desencanto con la universidad del estudiante de letras que quiere ser escritor. La pregunta acaso inevitablemente la llevó a pensar en Borges, que fue, cuando todavía no era tan famoso -al menos en Argentina-, uno de sus profesores.
En La raza de los nerviosos (2006), la noticia de las lecturas favoritas de Kociancich, por amplias y libres, por profundas, por estar tan bien comunicadas, termina siendo una guía muy valiosa para lectores que están descubriendo, libro a libro, la literatura. ¿Qué puede contar sobre sus lecturas más recientes?
Dentro de muy poco, en marzo de 2019, se cumplirán veinte años de la muerte de Adolfo Bioy Casares, su gran amigo y maestro. "Yo tengo la sensación, incluso hoy, a casi veinte años de su muerte, de que no ha muerto...", dice Kociancich, que le dedicó un breve pero sentido recuerdo.