Carlo Ventre: "He cantado muchas veces 'Madama Butterfly'. Esta es impresionante".
El Auditorio Nacional del Sodre estrena una nueva producción del gran clásico de Giacomo Puccini. El maestro Diego Naser, a cargo de la dirección musical y el tenor uruguayo, de trayectoria internacional, Carlo Ventre visitaron Oír con los ojos para conversar sobre la obra.
"Va a ser inolvidable", asegura el maestro Naser, que dirigirá su primera Butterfly. Ópera en tres actos, con libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, estrenada con nulo suceso el 17 de febrero de 1904 en La Scala de Milán, vuelve a un escenario montevideano después de diez años; la producción de 2008 del Teatro Solís también había tenido a Eiko Senda en el rol principal, con gran aceptación de público y de crítica.
Los invitados destacaron el hecho de que la nueva producción, más allá de las colaboraciones internacionales, corresponde enteramente a una realización del Sodre, de sus talleres y artistas. Serán seis funciones, del 30 de noviembre al 6 de diciembre, un número de cierto relieve, sin duda, para la ópera montevideana y del que Ventre, por lo demás, opinó: "Cuando descubran que lo que estoy diciendo (sobre la producción) es verdad, seis funciones van a ser pocas".
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El nombre de Giacomo Puccini es uno de los más grandes de la historia de la ópera. Nació en Lucca en 1858, murió en Bruselas en 1924, dejando inconclusa la chinesca Turandot. Junto a Mozart, Verdi y Wagner es el compositor de ópera elegido por los teatros y públicos del mundo -Madama Butterfly en particular es la 7ma. más representada en todo el mundo en los últimos diez años según The Opera Database, estadística que viene incambiada hace mucho más-. Sus heroínas, Manon, Mimí, Tosca, Butterfly, Turandot resultan tan cruciales para el repertorio que tal vez la ópera no existiría sin ellas.
La historia de Cio-Cio-San, la historia de Butterfly es quizá la más sencilla de todas las presentadas por las grandes óperas de Puccini, y de las más eficaces. Basada en una combinación de historias más o menos autobiográficas y de tono marcadamente exótico -una de ellas del oficial de marina y escritor francés Pierre Loti (1850-1923), que acaso vivió en Nagasaki algo parecido a lo que se cuenta en la ópera-, pasa del color local japonés a un erotismo narrativo y musical particularmente sensible, a la espera soñadora y dolorosa de Butterfly (Un bel dì, vedremo/ Levarsi un fil di fumo... ) y finalmente a la tragedia, la toma violenta, ritualizada, imponente en las manos teatrales expertas de Puccini, de su propia vida por parte de la protagonista. Para Carlo Ventre, el elemento de turismo sexual que hay en la trama vuelve a Madama Butterfly una obra muy actual.
Fragmentos de Madama Butterfly de Giacomo Puccini por Mirella Freni, Luciano Pavarotti, Filarmónica de Viena y Herbert von Karajan.
Imagen: Sodre.