En el Uruguay nadie quiere ser el mensajero de cosas feas. Nadie quiere pagar el costo personal o político de decir que hay cosas que están bien y otras que están mal.

Como en todos los órdenes de la vida, en el lenguaje no "está todo bien". Hay cosas correctas e incorrectas.

Hay profesores en Enseñanza Secundaria que comentan que los muchachos no saben hablar, que presentan un manejo del lenguaje absolutamente escaso y asocian ese asunto al pobrísimo desemepeño de esos estudiantes.

La tolerancia del relativismo lingüístico es otro error que terminará dando a grandes masas una mala educación y terminará dandole menos herramientas frente a aquellos que tengan un manejo fino del lenguaje.

Y por lo que se vé, si se publica un diccionario de dudas, la tendencia no va por sostener que no es necesario normatizar.
 
Gracias,
 
Leandro S.