Entrevista con el director del Teatro Solís, Gerardo Grieco.

"Buscamos dejar atrás el no se puede"

El Teatro Solís tiene un lugar central en el panorama cultural de Montevideo y más de 600.000 uruguayos han participado de alguna de sus propuestas desde su reapertura. Su director, Gerardo Grieco, dijo que se mantendrá esa impronta buscando que "la oferta sea la más equilibrada posible". El jerarca adelantó algunos de los planes para una segunda etapa en la que se consolide este modelo de gestión.

(Emitido a las 8.30)

EMILIANO COTELO:
En general, no es fácil encontrar a alguien o algo que haya nacido en más de una oportunidad; por ejemplo, dos veces. Pero más complicado todavía es que esos dos aniversarios - es decir, el nacimiento y el renacimiento - se celebren el mismo día.

Justamente eso es lo que está pasando con el Teatro Solís. Porque hoy se celebra su cumpleaños número 150.  Pero además se cumplen, también hoy, dos años de su reapertura.

Después de seis años de obras, de andamios, grúas, escombros marchas y contramarchas, desde el 25 de agosto de 2004 el Teatro Solís volvió a ser una pieza clave, decisiva en la actividad cultural del país.

Para repasar estos primeros dos años de la nueva gestión, para saber qué planes hay para el futuro de este, nuestro Teatro Solís, el diálogo va a ser con su director, Gerardo Grieco.

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Gerardo, ¿qué te parece si  empezamos repasando algunos números? Desde esa reapertura de hace dos años hasta el cierre del pasado mes de julio, o sea en casi dos años de actividad, pasaron por el Teatro Solís 386.700 espectadores. Y a ellos hay que sumarles casi 220.000 visitantes, personas que llegaron a conocer el teatro por emplo en las visitas guiadas que están disponibles en distintos horarios, por ejemplo para recorrer las exposiciones como las que hoy mismo pueden verse. En total, entonces, más de 600.000 personas. ¿Qué dicen esos números? ¿Qué significan esos números?

GERARDO GRIECO:
En mi opinión significan una confirmación en rigor. Este tipo de instalaciones y este tipo de instituciones se tratan de eso, de ser una organización para la cultura de los ciudadanos. Sin ciudadanos en el Teatro Solís, no tiene sentido ninguno de los esfuerzos. Este teatro lo que hizo fue de alguna manera recuperar ese lugar que ocupaba en el imaginario colectivo del país, en la construcción misma de este país. Hoy temprano escuchaba a Rosario hablar de los inicios del Teatro Solís y más de medio millón de uruguayos en dos años utilizando estas instalaciones, confirma lo acertado de esta apuesta.

EC – ¿Podemos repasar a vuelo de pájaro qué géneros estuvieron presentes en estos casi doscientos espectáculos que se observaron acá en el Solís en estos dos años?

GG – Se trató siempre de no excluir géneros. A lo largo de los dos años hemos logrado de alguna manera ofrecer una programación amplia, variada y de calidad que era el cometido original de aquella promesa, de la que hablábamos en la radio también hace más de dos años. Que la oferta artística fuera de excelencia y abarcara la ópera, la lírica, los conciertos, el teatro, el ballet, la danza, los grandes espectáculos y de alguna manera eso también es fiel a lo que fue de alguna manera 150 años de historia.

El Teatro Solís siempre tuvo una programación ecléctica, siempre buscó ofrecer aquellos espectáculos que tenían excelencia artística, independientemente del género: desde Gardel hasta Carusso, o desde Zitarrosa a Carusso, o desde los tantos artistas que también mencinaste al principio.

EC – ¿Hubo algún espectáculo o algunos que significaran una satisfacción especial para ustedes, responsables de la dirección del teatro?

GG – Sí, cada uno tiene...

EC – Es difícil elegir y vas a quedar mal con alguno. Pero debe haber alguno que tuviera ribetes muy especiales...

GG – Es muy difícil elegir, en realidad cada uno y según cada género tiene circunstancias especiales. Desde un espectáculo para niños que hacemos, o para escuelas, o para jóvenes discapacitados, que tiene una emoción inigualable así como es inigualable el estreno de una ópera con 250 artistas y una adrenalina tan excepcional de un momento único de coordinación de músicos, cantantes, bailarines, actores, vestuario, escenografía, iluminación, etcétera. Decenas de rubros que todos a la vez en un instante se combinan para generar esa magia única, esa cosa tan especial y humana que es ese momento en que levanta el telón.

EC – Tú insistías recién en la idea que se mencionó mucho y la nueva Dirección del Solís mencionó mucho hace dos años: el criterio para elegir los espectáculos era el de la excelencia más allá del género. Se decía que el Solís iba a ser polifacético y por lo visto se anduvo muy cerca de cumplir con aquel objetivo. ¿Se cumplió realmente? ¿Estuvieron todos los géneros? Por ejemplo, ¿hubo carnaval en el Teatro Solís?

GG – Hubo expresiones de carnaval varias veces. De hecho en el primer Festival de Percusión, que fue en setimbre de 2004, con la llegada de músicos de todas partes del mundo, el cierre de cada una de las jornadas fue murga, candombe, con nuestros mejores representantes carnavaleros.

EC – Te lo pregunto porque ese tema del carnaval y la murga en especial había dado lugar a discusión, a polémica...

GG – Siempre hay polémica... Como a veces se habla en estos horarios de lobbies a mí también me gusta hablar de "lobbies artísticos". Cada uno de los segmentos de artistas genera su propio lobby, el de teatro quiere más teatro, el músico clásico quiere más presencia de música clásica, el de ópera más ópera, el de carnaval más carnaval, el de rock and roll más rock and roll... Es decir, también afortunadamente el Solís recupera su espacio artístico de consagración. Presentarse en el Solís para un artista también significa algo especial, algo en la vida único y en esa medida también genera presiones.

Entonces, hay polémicas que se suscitaron a partir de decir que se quería que el Teatro Solís se dedique sólo al drama o sólo a la ópera o sólo al carnaval. Nosotros lo que buscamos es ofrecer, en este contexto actual, una programación equilibrada que de alguna manera atienda los principales géneros con la mejor performance posible y creo que lo hemos venido logrando fuertemente a lo largo de estos dos años. El año tiene 365, eso es inelástico y no hay manera de agregarle noches, jornadas, para seguir cubriendo cosas. A veces queda esa sensación de que el que es muy fanático del ballet dice que hubo poco ballet y en realidad creemos que tenemos una programación equilibrada.

EC – A partir de la respuesta que dabas a la pregunta viene la consulta siguiente: podrán faltar o podrá haber más o menos presencia de tal o cual género pero resulta que de hecho el teatro ha quedado sobrecargado. Ustedes están hasta preocupados por eso...

GG – En realidad estamos preocupados los que trabajamos, los fatigados somos los trabajadores .... (risas)

EC – En estos días se ha hablado también de fatiga del teatro, de que es un poco riesgoso someterlo a una frecuencia tan intensa de esta enorme cantidad de espectáculos que estamos mencionando.

GG – Aprovecho a aclarar porque hay un poco de confusión en ese terreno. Que el Teatro Solís se use con la máxima intensidad posible es lo deseable. Es decir, los uruguayos tenemos estas instalaciones para usarlas y usarlas bien. El Solís ha sido eso a lo largo de ciento cincuenta años.

Lo que sucede sí en el mundo contemporáneo es que hace 30 y pico de años nos quedamos en Uruguay sin el Sodre, sin el Estudio Auditorio... La infraestructura, las instalaciones de teatro, infraestructura artística de la ciudad y del país se ha venido deteriorando en las últimas cuatro, cinco, seis décadas. Hemos perdido teatros y el primero que recuperamos fuertemente... Apareció la Zitarrosa como una sala nueva hace seis años, es la primera instalación que se recupera en ese sentido, que se propone. Y después el primer escenario que recibe una reforma, una intervención arquitectónica, la más importante en sus 150 años y que se pone en pie va a quedar sobre demandado, eso era lo que decíamos. Y sucedió. No tenemos todavía el Sodre, no tenemos todavía una infraestructura de salas de teatro en Montevideo y en Uruguay preparada para asumir los desafíos contemporáneos de las artes escénicas y en la medida en que el Solís es el único que hoy tenemos en condiciones de presentar todo tipo de grandes espectáculos internacionales, se va a ver sobredemandado, sobrecargado. Quiere decir eso, esta noche está Tosca y no hay manera de sobrecargar, es decir, se va a poder hacer la función de Tosca, no siete...

EC – En definitiva mientras se culminan las obras del Estudio Auditorio, mientras Montevideo suma otras salas que puedan albergar espectáculos que hoy terminan yendo al Solís, esta sala va a seguir con esta intensidad, con este ritmo.

GG – Con esta intensidad, con este ritmo y administrando de la mejor manera posible que la oferta sea la más equilibrada posible. En la medida que el Uruguay avance en infraestructura seguramente nos permitirá a las salas irnos especializando, especialización deseable, porque esa especialización nos permite alcanzar mejores y más altos niveles de excelencia todavía y generar mejores oportunidades para nuestros talentos.

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EC – La Bohème fue el espectáculo operístico con el cual esta nueva etapa del Teatro Solís retomó el género, volvió a la lírica. Entonces, justamente, la voz de María Callas, La Boheme o Zubin Mehta a quien escuchábamos hace un rato que también estuvo en el Solís en estos últimos meses me lleva a preguntarle a Gerardo Grieco, ¿cómo es que han manejado esta parte de la cartelera, la de los espectáculos de alto presupuesto, los grandes espectáculos?

GG – Sí, ese es uno de los grandes desafíos. En este Solís para nosotros era fundamental asumir este tipo de desafío, el de los grandes espectáculos, porque recuperar lo que significa el Solís para el Uruguay, para los uruguayos, es un poco eso. El país soñador, emprendedor, aquel que se animó hace 150 años a construir un teatro de este porte, hay que imaginárselo. Yo lo decía el otro día: es un poco apostar a dejar atrás el país aquel de no se puede. Todos recordamos el acá nada se podía hacer. "Grandes espectáculos no se puede porque no hay dinero, no hay presupuesto, no hay teatro, no hay capacidad..."

EC – ¿Cuánto costó hacer Tosca?

GG – Tosca es un gran espectáculo que de presupuesto, de contrataciones y de gastos está rondando un poco más de los 200.000 dólares

EC – Doscientos mil dólares que, como ustedes mismos lo han dicho, el Teatro Solís no tenía...

GG – No los tiene.

EC – Y, sin embargo, el espectáculo se hizo. ¿Cómo se financia y cómo se asegura al contribuyente montevideano que no es el ciudadano común y corriente el que está poniendo la plata para un espectáculo que en definitiva sobre todo va a disfrutar un público de muy buen nivel adquisitivo?

GG – Hemos aprendido a trabajar, lo he dicho muchas veces, generando espacios de sinergia con empresas e instituciones públicas y privadas, artistas, embajadas, compañías, que nos permite de alguna manera alcanzar estos resultados. Generar un modelo de gestión que de algún modo respalde el tomar estos riesgos y asociarnos con artistas e instituciones para presentar espectáculos de excelentísima excelencia, era uno de los desafìos fundamentales. Que la barrera de no tener los presupuestos públicos esos que se reclamaban antes, no nos impidan tener a Zubin Mehta, no nos impida tener a La Bohème o a Tosca. Esta producción de Tosca  es de un nivel internacional de primer orden.

EC – Entonces, ¿un espectáculo como Tosca se autofinancia?

GH – Autofinancia sus gastos con dos fuentes fundamentales que son el ingreso por venta de entradas y el sponsoreo, el patrocinio y el trabajo de un equipo profesional que reunimos con la Orquesta Filarmómica y el Teatro Solís excelente, que se ha desplegado de una manera brillante. La política de precios a su vez nos ha permitido también generar políticas de accesibilidad de otros públicos...

EC – A ver, ¿a qué te referís?

GG – Porque si no queda dicho como que las entradas son caras y la novedad de este modelo también es no subvencionar a los ciudadanos que pueden y quieren pagar una entrada cara, aquellos ciudadanos que de repente van a Europa y pagan doscientos cincuenta euros por un espectáculo tal vez de menor nivel artístico del que ven esta noche acá. Ese aporte del ciudadano combinado con empresas, instituciones, embajadas y un trabajo profesional de un equipo que viene hace ya un año trabajando en Tosca y en La Traviata logra estos resultados y logra dejar atrás aquella vieja excusa de decir "no se puede", que era la filosofía de fondo. Busquemos cómo podemos hacer acá, en Uruguay, desde el sur, en un país chico, en nuestro lugar y con nuestras mejores personas, con nuestros mejores aportes.

EC – De todos modos, un espectáculo como Tosca no lo aprovechan solamente quienes pagan la entrada y vienen al Teatro...

GG – No, lo que decía al principio, nos permite a su vez subvencionar sí a quienes queremos subvencionar, hicimos dos ensayos generales con público, a los que trajimos estudiantes de lírica, de música y estudiantes de liceos del área metropolitana y de la periferia de Montevideo, incluso elegidos con los asistentes sociales de los centros comunales que se pusieron ómnibus en cada lugar. Se trajo a ese público a la función y se lo llevó de vuelta a su lugar. Son unas dos mil y pico de personas, casi 20% del público total que vio en directo Tosca es público subvencionado elegido con ese fin, que especialmente tiene interés por lo menos la institución en mostrárselo.

Es decir, nos permite combinar entradas caras con políticas de accesibilidad y agregarle también otros medios, esta noche se televisa en directo por los canales oficiales.

EC – La última función de Tosca va ....

GG – La función en la que celebramos los ciento cincuenta años, también es una manera de festejar más allá de las paredes del Teatro. El Teatro como se decía hoy tiene 1.000 y pocas butacas y no entra medio millón de uruguayos, medio millón de uruguayos lo pueden utilizar a lo largo de dos años pero físicamente entonces apelamos también a la tecnología contemporánea y a otros medios. Se ha trasmitido por radio, por internet, se trasmite ahora por televisión esta función especial de esta noche que nos parece otra de las maneras de celebrar.

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EC – Al final vamos a preguntarle a Gerardo Grieco a propósito del futuro del Teatro. Cuando en el 2004 se venía la reapertura ustedes mismos advertían que quedaba pendiente una segunda etapa del proceso de restauración. Decían que esa segunda etapa era imprescindible para que el modelo de gestión que han construido opere y sea eficiente. Se hablaba de poner en funcionamiento otros servicios como salas de ensayo, museos, archivos, centro de investigación. En definitiva, están todavía casi vacías las dos salas laterales del teatro, ¿qué va a pasar con eso?

GG – Hemos seguido trabajando ese modelo de gestión y avanzamos en algunas de las cosas. El Centro de Investigación, Difusión y Documentación de las Artes Escénicas ahora en setiembre va a estar a disposición de manera virtual, en internet, esperando su espacio físico. El restaurante en donde estaba antiguamente El Águila fue licitado, está en obra. Próximamente esperamos tener la suerte de verlo resplandecer, brillar...

EC – ¿Ya tiene un concesionario?

GG – Ya tiene un concesionario y esperamos que sea un polo gastronómico en esta ciudad muy destacado. Y hemos seguido trabajando en ese plano y en ese plan director en el que esperamos tener novedades importantes pronto y que sí es fundamental para completar este centro cultural que requiere de sus salas de ensayo, la Zabala Muniz, su sala polifacética de investigación. Hay una zona de innovación y de investigación que es esencial para la producción artística de este mismo teatro, que requiere de sus espacios físicos. En esa etapa esperamos que haya anuncios pronto y que lo veamos completarse rápidamente y que siga completando lo que es el Centro Cultural Teatro Solís que siempre lo fue.

EC – Hablando de centro cultural, en determinado momento se habló de la posibilidad de instalar en el ala izquierda, si uno lo mira de frente, un complejo de cines. ¿Qué pasó con aquel proyecto?

GG – En su momento se hizo una licitación, una convocatoria a los grupos, que quedó desierta, no se presentó ninguno de los grupos y se abandonó ese proyecto.

EC – ¿Y entonces cuál va a ser el uso de esa zona?

GG – Esa zona va a ser utilizada básicamente para instalaciones de salas de ensayo y de archivo y otros usos de la orquesta Filarmónica y la Comedia Nacional. Yo sigo pensando que en esta zona de la ciudad es interesante que haya un complejo de cines, los grupos económicos nos decían que el área era pequeña para ellos y que necesitaban más cantidad de metros cuadrados para poder generar una unidad.

EC – Escuché que la posibilidad podría venir en la plaza, en ese gran estacionamiento que está detrás de lo que iba a ser el Palacio de Justicia.

GG – Hubo algunas ideas en ese sentido, en otros lugares también... Se están pensando destinos a alguna parte del Mercado y a otras zonas que hay que recuperar todavía de la Ciudad Vieja.

EC – Pero lo cierto es entonces que ese complejo de cines no es necesario para que la ecuación, para que los números del Teatro Solís den.

GG – Esa era una oportunidad de tener otros ingresos adicionales...

EC – ¿No se requiere de esos ingresos?

GG – Siempre se requiere de todos los ingresos posibles, adicionales, ayudan a alcanzar niveles de producción y de sostener algunas actividades artísticas que son tremendamente deficitarias. Pero no siempre existen esas oportunidades. Hay algunos teatros importantes en Estados Unidos cuya principal fuente de financiación es el estacionamiento. Si nosotros tuviéramos la chance de tener una torre propia de estacionamiento, capaz que genera una fuente de ingresos importante. El restaurante para nosotros es una fuente de ingresos y es una oportunidad también que vamos a aprovechar hasta por el canon. No todos estos teatros de este porte tienen este tipo de oportunidades, lo que hacemos es simplemente buscar aprovechar hasta la última oportunidad de vender en la tienda del teatro, que quienes están acá tienen oportunidad de visitar, hasta un merchandising chiquito que genera de alguna manera otro ingreso adicional. Siempre el principal es la taquilla. En un teatro grande o chico su ingreso principal es la taquilla, su otra manera de sostenerse son las alianzas, el sponsoreo y el trabajo conjunto con empresas e instituciones.

EC – Nos quedan muchos temas para hablar, del futuro en especial del Teatro Solís, pero no va a faltar oportunidad, porque recién van 150 años...

GG – Nada más...

EC – Y dos de esta nueva gestión.

GG – Dejame contar una anécdota chiquita. Esta es la segunda vez en el año que nos pasa una cosa interesante. Hicimos con Cinemateca "Video relámpago" y una de las propuestas de ficción que se hizo un día acá, fue un chico de nombre Matías que decidió festejar su cumpleaños en el Teatro Solís. Y con el equipo de El Espectador decidimos organizar esta fonoplatea para festejar el cumpleaños de Emiliano Cotelo, así que gracias a ustedes.

EC – No exageremos, Gerardo...

(Risas y aplausos)

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Edición: Mauricio Erramuspe