Montevideo gana espacios para la Cultura
Cuando ya nos habíamos acostumbrado, no sin molestia, a un proceso de deterioro de muchos espacios culturales, lentamente parece que tenemos que mirar a los grandes escenarios de antaño con otros ojos. A la ya consolidada realidad de la Zitarrosa o el Solís, ahora se suman el Gran Teatro Metro, el Teatro Don Bosco y en unos meses una sala más en MovieCenter. Un poco más lejana pero cada vez más real, aparece la posibilidad de culminar el Complejo del Sodre. Informe de Mauricio Erramuspe.
"Yo siempre embromo con la canción con la canción de Serrat Los fantasmas del Roxy. Es una canción que cuenta de un cine de barrio que lo demuelen para hacer un banco pero después en el medio del banco aparecen los fantasmas de Fred Astaire y Ginger Rogers. Acá pasa un poco eso. Estos lugares como el Metro, están cargados de una energía, de una energía de la fantasía, de la imaginación tan grande, que de alguna manera habría que analizar si no son con como la Selva Amazónica respecto al planeta, si no son pulmones de la espiritualidad de la gente. El hecho de entrar acá y acá suspiró tanta gente suspiró tanta gente mirando Lo que el viento se llevó o mirando Cantando bajo la lluvia y esas cosas están y marcan. Entonces se hace muy emocionante hacer re-emerger este Roxy de sus cenizas".
Álvaro Ahunchain
El Roxy en el caso montevideano es el Cine Metro. O pudo ser. El jueves 9, una gala con la Orquesta Sinfónica del Sodre abrió una nueva etapa en la vida del Cine Metro. Ahora es el Gran Teatro Metro y las marquesinas volvieron a brillar en la esquina de Zelmar Michelini y San José. La Metro Goldwing Mayer había inaugurado el edificio en 1936, en una época de gloria para la distribución cinematográfica en Uruguay. En los sesenta pasó a manos uruguayas cuando lo adquirió la familia Hermida que hasta hoy lo administra.
Tras décadas de esplendor, como muchas otras salas, entró en la decadencia. Sin embargo, pudo zafar del final que tuvieron otros espacios: iglesias evangélicas o estacionamientos. Ya vamos a hablar de eso más adelante pero primero conozcamos cómo fue posible este renacimiento del Metro, ahora dedicado casi totalmente a los espectáculos en vivo, si bien no abandonará del todo la cinematografía.
Ángel Hermida fue durante años quien mantuvo esta sala y, además, entre otras cosas creó el sello Ronlay, como manera de adaptarse al boom del video en los 80. En tanto, la gran sala del Metro siguió funcionando ya lejos del esplendor de los 40, 50 y 60.
Como todos saben el consumo de cine cambió en estos últimos años. Las películas recuperaron y ampliaron en buena medida su público pero en otros ámbitos, los denominados multiplex. Así, varias de las grandes salas del centro cerraron y tuvieron muy diferentes destinos.
El Metro sobrevivió y ahora encara esta nueva etapa de la mano de la familia Hermida, a través de Beatriz hija de Ángel Hermida-, su esposo, y el empresario Eberly Rodríguez, propietario del Complejo Oceanía, el Hotel del Prado y el Nogaró de Punta del Este. El director teatral y publicista Alvaro Ahunchain está detrás de la programación de esta sala. Él nos contó cómo se encaró esta puesta a nuevo del Metro, recuperando su antiguo lujo, ahora para los espectáculos en vivo.
"Heberly como que incorporó un recurso como para realmente poner a nuevo toda esta estructura pero respetando, que es lo más importante, el encanto original de la construcción. Entonces, hubo un trabajo de reciclaje (...) de techos y de mampostería con una delicadeza y una artesanía que fue brutal realmente y además en plazo récord. Y la idea fue también reciclar esta sala pequeña que fue lo que era el microcine del Metro. Y lo yo un poco le planteé a Heberly es la posibilidad que con la misma fuerza con que en la sala grande haya espectáculos de fuerte respuesta popular, en la sala chica podamos darnos el lujo de tener una programación muy variada y muy alternativa. Donde haya espectáculos de mucha calidad, que no aspiran a la alta boletería pero que deben tener su espacio por el enorme valor estético que tienen", dijo Ahunchain.
La sala principal del Metro tiene 1.000 butacas. La apuesta será reunir en ese gran escenario a propuestas de la calle Corrientes de Buenos Aires con obras nacionales, en una combinación que permita la supervivencia. Ahunchain adelantó cuáles serán las claves para gestionar este espacio. "Yo siempre digo que el mejor símbolo de la pluralidad que va a comandar un poco esta sala es el hecho que la gala sinfónica inaugural fue con al Ossodre interpretando a Mozart y al día siguiente inauguró la sala para el público masivo Moria Casán. O sea que hay una búsqueda de todos los públicos siempre y cuando esté mediando la calidad. (...) La posibilidad de darle a los uruguayos la posibilidad de ver las grandes producciones porteñas que muchas veces no pueden venir porque no encuentran los espacios adecuados y por otro lado darle a los artistas uruguayos la posibilidad de encontrarse con una gran sala para determinados desafíos", agregó Ahunchain.
Como decía Ahunchain, tras los oboes y timbales de la Ossodre, el Metro abrió paso a las experientes piernas de la vedette argentina Moria Casán. Y este fin de semana se repetirá la propuesta porque Moria arrasó. Lejos de los prejuicios, apostando a distintas calidades, la sala debe cumplir el requisito de la factibilidad. Eso es claro para Ahunchain.
"Un primer punto es la factibilidad. Esta sala es un enorme desafío y sólo es factible si se generan si realmente se generan recaudaciones que la hacen posible, que hacen posible alimentar a este tren, a este ferrocarril gigantesco. Entonces hay un tema principal de factibilidad y después hay un segundo tema es lo que decía hoy, la pluralidad de estilos, la pluralidad de enfoques, la posibilidad de que haya una interconexión creativa entre propuestas que vienen sobre todo desde Argentina, que son las que nos van a crear sin duda la masa crítica de público pero también propuestas uruguayas pensadas con criterio empresarial. Pongo el ejemplo del espectáculo que va a estrenar Jorge Denevi en enero", adelantó.
Al hablar Ahunchain menciona casi sin parar las distintas propuestas que albergará la sala en los próximos meses. Denevi pondrá "Políticamente incorrecto", de Ray Cooney. También estará Alberto Ribero con una versión teatral de la película "La celebración". La sala chica, denominada Off Metro, comienza este viernes con "Kahlo, viva la vida" y seguirá con Luna Roja, La historia de la señorita perfume y un espectáculo de improvisación de nombre Sopa instantánea.
También se piensa en reunir a Taco Larreta y Beatriz Massons en una propuesta de teatro leído o convocar a Alberto Restuccia para una propuesta de trasnoche. En tanto, en la sala mayor, por ejemplo, podrá estar cantando María Marta Serra Lima o se podrá ver "Atrás", un espectáculo de teatro danza creado por Martín Inthamoussou y Gabriel Calderón sobre "El diario de Ana Frank".
Una sala para la comedia musical
A mediados de año, Luis Trochón y su Escuela de Comedia Musical reinauguraron el teatro de los talleres Don Bosco. Una sala con 500 localidades, en la esquina de Canelones y Requena. En este caso, el teatro no está en una zona central y esa parece una de sus principales contras. Pero tiene muchos puntos a favor. Tras los dos meses en los que estuvo en cartel la comedia musical West Side Story, Trochón hace una evaluación positiva y tiene muchos planes para el futuro.
"Va a costar mucho que la gente se acostumbre a que en Canelones y Requena tiene una sala, a que tiene un estacionamiento vigilado para los que tienen auto y pueden quedarse tranquilos y no estar en el medio del espectáculo pensando si cuando vuelvan el auto estará o no. Y todo eso te va a exigir una comunicación muy especial que es lo que estamos trabajando para el año que viene con la programación. En ese sentido ha sido un muy buen banco de pruebas estos dos meses, la gente quedó muy contenta con la sala porque es una sala que se ve muy bien, está muy coqueta y se ve bien de todos lados. Y es una sala importante con un hall importante de acceso y una muy buena distribución", contó Trochón.
Esta sala también se propone abrirse a otros elencos y no sólo presentar espectáculos de la Escuela de Comedia Musical. Pero tendrá la impronta de ese género. El escenario tiene 15 metros de boca por 15 de profundidad y Trochón lo definió como ideal para los musicales. Pero el director reconoce que muchas veces estas propuestas pueden ser ajenas al gusto y las costumbres de los uruguayos. Por eso, se propone un cambio para el año próximo. "Quizás al principio arranquemos con cierto paneo de algunas cosas que hemos hecho, la reposición de WSS, quizás si podemos vamos a intentar reponer Chicago y estamos trabajando en otro espectáculo más de show musical. Y a mitad de año quizás podamos estrenar un musical escrito y compuesto por uruguayos. Ya te digo que son etapas que uno no tiene que apresurar pero que tiene que cumplir", afirmó el director.
Veremos cómo se presenta ese musical que seguramente tendrá mucho de tambor y tango, aunque Trochón no quiso adelantar nada. Habrá que esperar al segundo semestre de 2007.
Alternativo en el Movie
Otro ejemplo de este fenómeno está el proyecto de un nuevo espacio en el MovieCenter de Montevideo Shopping. Desde su apertura, la Sala Teatro MovieCenter convoca a gran cantidad de público. Y la empresa proyecta sumar un nuevo espacio a fines de marzo de 2007. Desde el Movie aún no quieren adelantar mucho. Sí me dijeron que tendrá entre 100 y 120 localidades y aunque aún no tiene nombre, ellos se refieren a él como "espacio alternativo". "Es una suerte de caja negra que se adaptará a los distintos espectáculos", dijeron.
Este "espacio alternativo" estará donde antes había un "golfito" en el nivel inferior de este complejo de salas.
Además, también hay proyectos para otras salas pequeñas del centro, como el Teatro Astral, por ejemplo, ubicado en la calle Durazno. Y a gran escala también está el Complejo del Sodre, en Mercedes y Andes, que en un tiempo prudencial y con ayuda española finalmente vería culminadas las obras . Pero de ese no vamos a hablar... Ya hablamos mucho de él... Ahora esperemos que se concrete.
La pregunta es qué hay detrás de este fenómeno de reapertura de espacios culturales.
El director del Teatro Solís, Gerardo Grieco, inscribió estas novedades en un proceso que comenzó con la compra y recuperación del Cine Rex, para transformarlo en la Sala Zitarrosa, por parte de la Intendencia, en 1997. Una año más tarde llegaría la Sala Teatro MovieCenter, luego el Solís, la transformación del Plaza. Ahora se suma el Metro y luego vendrá, confiemos, el Complejo del Sodre.
"Sinceramente yo vivo esto de manera muy auspiciosa. Hay otras salas más chicas que se están anunciando poner en funcionamiento. La verdad es que me da ilusión de recuperar un país cultural y con una oferta de artes escénicas importante, ahora incorporando también un circuito comercial que necesitamos", destacó Grieco.
Las razones de esta recuperación son muchas claro. La reactivación económica fue la primera que marcó Álvaro Ahunchain que, recordemos, está detrás de la programación del Gran Teatro Metro.
"Esto se fundamenta en la bonanza económica. No hay dudas de que los países tienen ciclos. Cuando se llega a los momentos de bonanza económica es cuando se llega a estas cosas. Cuando la gente dice yo quiero emprender, yo quiero arriesgar y a pesar de que la cultura de que el uruguayo es una cultura muy estatista y en paralelo estamos viendo esos espectáculos de organismos públicos que llaman a concurso y que generan 30.000 personas que quieren ser empleados públicos y todo eso, a pesar de que estamos viviendo eso por otro lado también estamos viviendo un país que desde el 2004 no hay dudas que está creciendo y que eso hace que las expectativas de los emprendedores rindan para este lado. Pero al mismo tiempo, yo creo que lo más importante, más que eso, es que lentamente nos empezamos a dar cuenta de que la clave del crecimiento de un país está en su cultura y cuando digo cultura lo digo en un sentido amplio, lo digo en el sentido de entretenimiento. La posibilidad de que la gente vea arte, de que la gente intercambie arte, que la gente muestre su arte y que el arte se transforme en una verdadera corriente eléctrica de estímulo entre la gente", explicó Ahunchain.
La permanencia de estos espacios depende, obviamente, de la respuesta del público. Más aún en las propuestas privadas. Ahunchain dijo que esto es responsabilidad de los gestores culturales que para él deben entender la cultura como algo vivo que no es un "coto de caza de una élite". Recordó que la venida de Moria Casán a inaugurar la sala despertó sorna en alguna gente de teatro pero él responde que no hay que encerrarse en "una torre de marfil".
"Puede repugnarme la televisión de Tinelli pero la televisión de Tinelli está sustentada por los ratings altísimos que tiene tanto en Argentina como en Uruguay. Entonces lo que tenemos que hacer los que gestionamos, los que producimos cultura es entender el fenómeno y tratar de operar con nuestra ética, con nuestro aporte, para subir los estándares todo lo posible. Pero no meternos en una torre de marfil diciendo que nada se puede hacer, que es lo que pasa mucho en Uruguay, uno siempre tiende a escuchar el derrotismo, el no ser puede y el para qué, la burla...", dijo el responsable de programación del Metro.
Por su parte, Luis Trochón dijo que además de fenómenos urbanos, de distribución cultural y de los aspectos empresariales del espectáculo, existe un aspecto creativo detrás de ese cambio. Después del proceso de búsqueda de salas alternativas, para Trochón ahora hay una vuelta a los espacios convencionales, más cómodos para el espectador y el artista.
"Creo que los elencos, los directores, los hacedores están buscando en este momento la posibilidad de presentar sus espectáculos en una sala preparada a tales efectos. Así como en otros tiempos se buscó lo cual no quiere decir que ya no se busque y no se indague- espacios alternativos, espacios no convencionales, lo cual generó de todo un poco, espectáculos de muy buena calidad y de los otros, creo que en este momento se está buscando la posibilidad de hacer un espectáculo en un escenario preparado y con una relación con el público más proclive a que disfrute del espectáculo".
Arte en vez de "fe" hablada en portuñol
La idea de rescatar estos espacios de la escalada de iglesias que venden milagros en "portuñol" parece una obsesión para muchos teatreros. Y en estos últimos casos estarían ganando la batalla, tras muchas pérdidas. Gerardo Grieco destacó esto y también vaticinó cuál puede ser el aporte de una sala como el Metro y las que vengan para la ciudad de Montevideo.
"Por suerte en vez de abrirse iglesias de estas raras que venden milagros se abren salas de espectáculos y de cultura que nos hace soñar con una sociedad más emprendedora, más culta, más justa, un país para vivir. La verdad es que me parece que la respuesta va por el lado de decir que empiezan a notarse signos de una recuperación que naturalmente tiene su correlato en este tipo de expresiones que la misma sociedad se da. En el caso de los teatros comerciales es también auspicioso que en la ciudad de Montevideo que para mi tiene que proyectarse como capital del Mercosur y como país para vivir, es sano y saludable que exista un circuito comercial vigoroso de oferta artística y me parece que se va constituyendo. Yo lo saludo con calor. Hay muchos de nosotros que desde hace muchas décadas venimos trabajando para que esta oferta se haga realidad y que después se complemente con una circulación por todo el país. Tenemos mucho por hacer me parece también", opinó Grieco.
La clave para Aunchain está en entender los fenómenos que vive la demanda de cultura y de alguna manera aprovecharse de ellos. Por ejemplo, destacó que el Metro no podría reabrir como sala de estreno cinematográfico."Si esta sala reabriera como una sala de cine de estreno, no funcionaría porque el hábito del consumidor de cine es diferente. Pero el hábito del consumidor vuelve a ser llegar a ver los grandes espectáculos, encontrarse con los divos y con las divas. Entonces, entender esos procesos es muy importante para justamente adaptarse a los acontecimientos", afirmó Aunchain. Al preguntarle sobre el destino de iglesia evangélica que tuvieron varias salas y del que el Metro zafó, el director dijo que ese es su gran placer persona. "Cada vez que yo paso por el Radio City, tantas películas divinas que vi... o el Trocadero, es doloroso... entonces sentir que se puede recuperar para algo mejor que esas expresiones tan tristes de manipulación de la gente más humilde y todo eso, es algo que da un alivio".