Intervención de Mario Trachtenberg
Emiliano Cotelo:
Mario Trachtenberg ocupaba el cargo que Ruben Cotelo pasó a desempeñar en CINTERFOR en el año 1969. Pero supongo que el primer contacto no fue ahí.
Mario Trachtenberg:
No, por supuesto, fue en Marcha, fuimos compañeros de trabajo en Marcha en los años cincuenta. Recuerdo uno de los encuentros con él porque lo define políticamente. Tú estabas volviendo de un viaje, eras un niño todavía, y me dijo: "Estoy esperando a mi hijo Emiliano, que tiene que llegar". Me llamó mucho la atención tu nombre, ¿por qué "Emiliano"? Después me di cuenta de que era un homenaje a Emiliano Zapata, por supuesto, que denotaba su simpatía por la Revolución Mexicana. Después leí en algunas de las cosas que se publicaron que en su primer día de liceo salió a la calle y para despejarse las ideas compró tres publicaciones: Justicia, del Partido Comunista, El Sol, del Partido Socialista, y Marcha. Su corazoncito siempre estuvo de ese lado y si uno repasa sus cosas, sobre todo las de esa época, sobre todo cuando estaba en Marcha e influido por el ambiente, era lo que pensaba.
Yo no tuve el privilegio que tuvo Penco, que admiro, de ir a su archivo y encontrarse con esa riqueza enorme de temas. Lo relativamente poco que pude ver fue en la colección de El País Cultural, que lleva diez años, y que arranca con un admirable artículo sobre La tierra purpúrea, que no me parece que sea lo mismo que el prólogo del libro, peso es de esa tonalidad. Y naturalmente las cosas de Marcha, que son muy difíciles de consultar porque tengo algunos tomos encuadernados pero hay muchos sueltos y se destruyó mucho. De modo que me siento un poco un intruso porque falté del país durante unos 25 años durante los cuales mantuve la amistad con él por carta y cuando venía aquí iba a matear con él en la casa de Príamo y nos poníamos al día. Mi impresión releyendo las cosas que pude encontrar en El País y en Marcha es que fue un formidable crítico literario, a pesar de que se autodefinía como book reviewer, no como crítico; yo creo que era realmente un crítico pero que tenía una orientación muy clara hacia ciertas disciplinas: la historia, la antropología, la sociología, la economía, que era lo que más le importaba. Y lo aplicaba al comentar ciertos autores y elegir a otros.
Su labor periodística no se desarrolló en El País, aunque ahí fue muy interesante, sino que ya venía de Marcha cuando era todavía muy joven y publicaba notas sobre temas de interés general. Recuerdo dos que reencontré hace poco, uno sobre la aprobación de una ley sobre noticieros uruguayos que le daba una especie de subsidio a la creación de noticieros uruguayos y otra sobre los ferrocarriles en la que anunciaba la ruina inminente de los ferrocarriles uruguayos y qué se podía hacer y qué no se podía hacer. Eran notas típicamente periodísticas, no tenían nada que ver con la literatura ni con la historia, pero eran de un periodista que vibraba en contacto con los temas de interés social.