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La vuelta de un clásico

Miguel Piazza estaba radiante. Luego de mucho tiempo se había sacado las ganas, su murga había bajado del Teatro de Verano, el lunes 29. Es que el "puchero", ahora inactivo en el fútbol, se decidió a sacar a los viejos "Asaltantes con Patente" –con la dirección de Edu "Pitufo" Lombardo- para cumplir con su sueño de ver a la murga que lo acompañó en sus noches de pibe en Las Acacias.

Él iba con su padre a ver a Cachela y compañía, y por fin ahora puede ir con Marcelo, su hijo, a ver a los Asaltantes... claro en la versión 2007.

"Estoy tranquilo, llegamos a la meta: venir con los Asaltantes al Teatro de Verano y darle a los uruguayos esta murga que creo que con Patos Cabreros son murgas que pasan los años y aquellos niños que nunca las vieron, las conocen. Las saben todo el mundo", dijo Piazza.

"Los uruguayos que están en Australia o en Estados Unidos cantan esas canciones de los viejos Asalntantes... es como un himno en la murga o La Comparsita en el tango", agregó.

Antes del final de la actuación, ya todo el mundo estaba de pie en el Teatro de Verano coreando a su murga. "Yo le digo a Pitufo, dejala un poquito más. A todos les gusta la retirada de este año".

Piazza recordó los viejos carnavales, ahora que está metido de lleno en los actuales. "Lo que me llamaba la atención es ver la foto de los tablados de antes y toda esa fusión que mostraban. Los cabezudos, las figuras... cada tablado con su historia, su nombre, su propuesta. Jugábamos arriba del tablado. Jugábamos con pomitos, con serpentinas, había un montón de diversiones, como los bailes de disfraces, los socios", recordó.
En cambio, "el carnaval ahora es más profesional, nuestro Teatro de Verano es lo máximo y se concentra mucha cosa acá. Pero me ha pasado también y es una alegría, que nos han llamado de Maldonado, de Colonia, de Treinta y Tres y yo pienso que tenemos que ir y lograr que el carnaval se expanda también al interior. La televisión también nos da una mano por ese lado", reflexionó

Con la cara pintada por la brillantina quye dejaban los besos de sus murguistas, Piazza estaba radiante. "Esto va a quedar grabado para siempre. Es lo que yo quería", se emocionó.