En ese sentido, Carlos Tanco, uno de los letristas de Agarrate Catalina, dijo: "Ganamos dos veces. Tenemos a todo el mundo a favor. Si nosotros no nos proponemos hacer cosas nuevas, no las va a hacer alguien que esté necesitado de ganar".

Y así, por ejemplo, "La Catalina" introduce este instrumento de origen suizo, con forma de plato volador y una longitud de unos 70 centímetros, que hipnotizó a la tribuna del Ramón Collazo. Nicolás Arnicho, un hombre que se ha dedicado a investigar y a crear en el mundo de la percusión, es el encargado de llevar el hangdrum a las tablas.

Sobre esto, Gustavo Cabrera, director y letrista de A Contramano, comentó qué le parece esta situación que se plantea de la mano de la innovación en los espectáculos: "Nosotros tenemos el privilegio de convertirnos durante 40 días en portavoces de los que no tienen voz, paradojalmente. Y eso tiene que preservase, más allá de la evolución artística y la diversidad, que enriquece a la categoría".

Estas nuevas tendencias podrían llevar a una nueva división, que recicle aquella de "murgas de La Teja - murgas de La Unión" y la lleva a "murga joven - murga tradicional".

Consultado sobre esto, el "Tiburón" Martínez, letrista de Carnaval, se mostró bastante crítico: "Pasó el mismo fenómeno hace 30 años, cuando eran murgas de La Teja y de La Unión y no me gusta nada, es muy discriminatorio. Murga joven, murga... es muy raro eso. Ahora, si se hablan de propuestas y estilos, está bien. Murga de La Unión y murga de La Teja me parecía muy mal. Después surgió la murga teatral... muy fuerte".