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El candombe en la sangre

Matías Silva tiene apenas 21 años y ya es el jefe de cuerda de C1080, la comparsa de su padre, el Cachila. Lleva el candombe en su sangre desde su abuelo, Juan Angel, fundador de Morenada, y lo sabe cada vez que sale a tocar en las Llamadas o el Teatro de Verano.

- ¿Cómo vivís que el Teatro de Verano se ponga de pie para despedir a C1080?

- Con mucha tranquilidad, hicimos todo lo que teníamos pensado. Tranquilos porque el público respondió bien y ahora estoy acá atrás, ordenando las cosas a ver qué nos falta. Porque a veces uno se queda saludando allá a la vuelta y acá atrás hay que ver cómo se ordena todo.

- Estás con 21 años al frente de una cuerda como la de Cuareim.

- Sí, por suerte la llevamos bien. Porque ganamos las llamadas.

- ¿Desde cuándo sos el jefe de cuerda?

- Desde el 2002 con mis hermanos. La llevamos entre todos.

- ¿Cómo se lleva ser el jefe de cuerda con 17 o 18 años?

- Y bueno (risas) ayuda ser el hijo del dueño, ¿no?

- ¿Eso influye?

- Sí, influye. Pero si les digo que no tocan más ahí para la joda. Demostrando lo que uno sabe y teniendo un poco de liderazgo eso es lo que se precisa para llevar una cuerda.

- ¿Cuánto tiempo están para armar lo que hicieron con los tambores?

- Este año fue un poquito más, nos llevó unos tres meses, porque armábamos, desarmábamos, nos gustaba, después no. Mis hermanos y yo tiramos la idea principal y a partir de ahí vemos la propuesta de los chiquilines y con la puestista. A veces lo que vos querés armar no va con la puesta.

- ¿Cómo fue ganar las llamadas?

- Una alegría bárbara porque nosotros la ganamos en el 2003 y estábamos pensando que hacía pila que en nuestro barrio no ganábamos una llamada. Siendo local no puede ser que no podamos ganar y fue una alegría bárbara.

- ¿Cómo festeja el barrio?

- Salen los tambores y como siempre, no te salvás ni cuando querés festejar. Se toma alguna cosita pero no se puede festejar mucho porque teníamos que armar la presentación en el Teatro de Verano. Nosotros salimos todos los sábados a partir de mayo, precisamos un descanso pero después de mayo hasta el desfile de las llamadas salimos todos los sábados.

- ¿Y se suman otros?

- Mucha gente se anima, hacemos prueba, algunos son amigos de los que ya tocan. Hay algunos que empiezan con banderas porque hay que llevar determinados tambores. Este año tuvimos gente que vino a tocar desde Estados Unidos o de Buenos Aires.

- ¿Y eran tan buenos?

- Y bueno, algunos son amigos. Pero bien, pasaron la prueba.