Entrevistas

Un percusionista innato

Un percusionista innato

Batuques y Batidas es el nombre del disco de Nicolás Arnicho presentó recientemente en el mercado uruguayo. Este músico se destacó en el último Carnaval, en la murga Agarrate Catalina, con su Hang Drum, un peculiar instrumento de percusión que aprendió a tocar en uno de sus viajes por el mundo. Arnicho estuvo contando cómo empezó su vocación por la música y de qué se trata su disco.

MAGELA PREGO:

Batuques y Batidas, un nuevo disco uruguayo que ya está en el mercado desde el 23 de marzo. Es del Músico Nicolás Arnicho Peraza. El hombre que en la última salida de La Catalina utilizó un instrumento extraño que sonaba de forma increíble. Algunos lo llaman: plato volador. Pero, en realidad su nombre es Hang Drum. Se creó en Suiza y existen 5.000 en el mundo.

Nicolás inició su carrera musical en 1978-79. Recorrió muchas escuelas, no sólo en Uruguay sino también en otras partes del mundo. Se formó en todos los lugares donde la percusión, el ritmo y la música tiene su impronta en la matriz cultural y popular. La vida de Nicolás pasa por conocer el mundo y los diferentes ritmos musicales.

¿Cuál fue el primer instrumento que llegó a tus manos?

NICOLÁS ARNICHO:

Un bongó que había en casa y que me prestaba un tío. En realidad, el instrumento que desató mi entrada por completo a la percusión y a la música fue la batería. Una vez, en un cumpleaños, fueron a tocar a casa los Clappers. Cuando se fueron dejaron la batería desarmada. La armé. Tenía 11 años y no podía creer que tenía una batería para tocar. Después, mi padre me regaló una para mi cumpleaños.

MP - No te conformaste con la batería. ¿Qué otro instrumento fuiste a buscar?

NA – Al principio toqué la batería en grupos importantes. Acompañaba a Laura Canoura hasta que en un momento cambió la banda y quedé fuera del proyecto. Después, empecé a tocar percusión con Osvaldo Fattoruso y Mariana Ingold, Ahí me enganché con la percusión y fui a Cuba a estudiar.

MP – ¿Cómo fue la fusión del candombe uruguayo con la música cubana?

NA – En realidad, en La Habana fui a estudiar música cubana. Estuve un año estudiando en la Escuela Ignacio Cervantes. Un año alucinante por lo que es La Habana, la música, la gente. También, por lo que es Cuba: uno de los últimos representantes de un sistema de vida y de gobierno actual. Por eso, fue una experiencia diferente. Volví a Uruguay y armé una banda que se llamó La Sandunguera. Ahí fusioné candombe con música cubana.

MP – Después, vinieron más bandas: Mandril...

NA – Fue lo mejor del mundo, por lejos. Triple medalla de oro para la Tribu Mandril. Ojalá que se vuelva a dar una instancia así: con gente conocida y con una motivación diferente a la que normalmente tenemos los músicos cuando hacemos algún proyecto entre colegas. En este caso, éramos todos amigos del barrio, nos conocíamos de tocar los tambores. Yo los llevaba en bicicleta al cerro para tocar las latas. Después, empezamos a tocar en la ferias y terminamos, por ejemplo, entre los Redonditos de Ricota.

MP - ¿Dónde te encontraste por primera vez con el Hang Drum?

NA – En Líbica, una escuela de percusión de Madrid donde fui a dar un par de clases. Muchos de los tracks que están en el disco fueron grabados en el estudio de percusión de Líbica. Entre los tantos instrumentos de percusión que hay de todo el mundo estaba el Hang Drum. No tenía idea de lo que era. Es fácil de tocar: le pegás y suena. Te cautiva, te enamora porque el sonido es como un bálsamo.

MP – Y se puede improvisar...

NA – Sí. Y al ser un instrumento nuevo no te limita en los parámetros de lo que ya uno está acostumbrado: ver tocar el piano, la batería o la guitarra. El Hang Drum está por descubrirse. Por eso, hay que aprovechar ahora.

MP -¿Cómo llegó el Hang Drum a La Catalina?

NA – Por pedido de Yamandú. Me dijo que tenía que llevar el plato volador. Había un par de momentos, en principio, donde se sugería ponerlo pero no estaba muy bueno porque era como un efecto sonoro de couplé. En la murga faltaba la canción final, armé algo con el plato volador, se la llevé y le gustó.

Luego de la entrevista, la periodista le solicitó a Arnicho que muestre sus dotes de músico y enseñe a la audiencia cómo suena el Hang Drum.