Cultura

Drexler presenta su último disco "12 segundos de oscuridad"

Antes de su show en el Cine Teatro Plaza, Jorge Drexler, reconocido con el premio al mejor album pop de la música española contó cómo trabajó para este disco, habló sobre su extensa gira de presentación y reclamó mayor atención a las nuevas figuras de la música nacional, que más allá del rock, están haciendo cosas "lindísimas".

GONZALO SOBRAL:
El próximo sábado 21 el Teatro Plaza vamos a disfrutar de la única presentación del 2007 de Jorge Drexler en Uruguay. Allí presentará su último trabajo, "12 segundos de oscuridad", que viene de ganar el premio de la música española como Mejor Álbum del 2006. Esta es la primera vez en la historia que ese premio se le entrega a un artista uruguayo. Incluso, los cables españoles destacaban que le había ganado al último disco de Alejandro Sanz.

Venís de una intensa gira, que tuvo en el mes de marzo una serie de etapas en los Estados Unidos.

JORGE DREXLER:
Sí. Hicimos ya –más o menos- unas 35 presentaciones del disco en diferentes lados. Sobre todo muy centralizadas en España, en un principio, donde tocamos en absolutamente todos lados con una banda grande, que es la misma que viene el sábado. Pero también fui a tocar a Berlín, a París, hice esa gira de nueve ciudades en Estados Unidos Y estamos en la mitad recién.

GS - ¿Qué pasa cuando tenés que enfrentar los públicos de Alemania, Francia o Estados Unidos? Aunque no sea la primera vez, ¿hay miedos de enfrentar a ese público diferente?

JD – No. A mí me gusta mucho alternar y tocar en sitios donde la gente te conoce más y luego en los que te conoce menos. Lo que me pasa últimamente, que me tiene muy sorprendido, es que casi no hay un lugar al que vaya a tocar en que no encuentre gente que no conoce las canciones, lo cual es totalmente incomprensible, pero que me llena de alegría. En Berlín, en Francia había gente que sabía las canciones y es muy curioso. En los Ángeles vinieron a verme 2.000 personas, en un teatro que diseñó Frank Gehry, mi arquitecto favorito –que hizo el Guggenheim de Bilbao, el Millenium Park de Chicago-. Es una alegría tocar en ese contexto y con un público que siempre suele estar de tu lado. Pero también variar: a veces toco solo, a veces con la banda que viene el sábado, para ir cambiando un poco también.

ALEJANDRA BORQUES:
¿Cuánto influye, a esta altura, el Oscar a la canción "Al otro lado del río" para que ese público te haya descubierto, cante tus canciones y sepa las letras?

JD - En algunos lugares más, en otros menos. Ya habíamos tocado en Italia antes de eso y en otros lugares. En Brasil venía tocando bastante, en Argentina, Uruguay, México, Chile, Venezuela, Israel, en muchos lados.

AB - De hecho a Estados Unidos ibas sin estar vinculado al Oscar, era una relación con el país que ya tenías.

JD – Bueno, ahí iba de vacaciones. Era una relación artística y personal, no era algo que tuviera que ver con la carrera musical. Pero después de que ganás un premio mediático, sobre todo en los lugares donde es más importante como Estados Unidos mismo o los lugares que dependen mucho culturalmente de ese país... que son casi todos los del mundo. Porque el que no depende cultural, depende política y el que no depende política depende militarmente o económicamente, para su desgracia. Es decir, evidentemente te abre muchas puertas.

AB - Pero, no te has cansado de decir: espero que esto no cambie demasiado al Jorge Drexler que se sube al escenario a interpretar sus canciones. ¿Lo conseguiste?

JD - La verdad que mi trabajo es una serie de círculos concéntricos y el mediático es el más externo. Después pasás por el laboral, el artístico (donde uno trata de escribir mejores canciones) y el del centro es el personal. Pero dentro de las canciones, es decir, tratando de que el género artístico en el que uno se desarrolla también me sirva como persona, para aprender cosas, para cometer errores, para evitar otros y para probar y crecer como individuos. Y a los círculos esos de adentro, de verdad, no permea.

En el momento de escribir uno está de puertas para adentro y de pecho para adentro, no es lo que hay afuera. Si estoy abierto a lo de afuera, me cuesta muchísimo concentrarme. Escribo poco, porque soy una persona muy dispersa, pero cuando escribo me encierro dentro de mí.

GS - Cuando uno arma una canción a pedido (como fue la del Oscar) uno la suelta y pasa a formar parte de una película, queda la autoría y poca cosa más. Pero ¿pasa lo mismo cuando se escribe una canción que termina haciendo muy conocida a otra persona? Porque hay muchos cantantes españoles que han grabado canciones tuyas, algunas que ya estaban en discos y otras canciones que son especialmente hechas para ellos.

JD - Cuando vos componés para otro sistema (una película, obra de teatro o para un disco de otro interprete) muchas veces tenés que entender que esa canción no es un todo del otro objeto artístico, sino que es una parte. Cuando escribí "Al otro lado del río" nunca se me ocurrió que fuera a sonar en una radio. Pensé que estaba hecha para ese momento, para ese límite entre la ficción y la realidad, cuando uno se empieza a levantar de la butaca, un momento de mucha sensibilidad, cuando uno está muy movido porque acaba de terminar la película y está dándose cuenta de que afuera todavía hay luz y de que va a salir y vuelve a su vida.

Por eso, no se me ocurrió verla como una entidad autónoma. Después pasó lo que pasó y evidentemente lo fue. Tuvo autonomía y se escuchó en otros lados. Pero ahí está la diferencia entre un disco, una canción cantada por vos que es un todo, un fin en sí misma. Pero en otro tipo de obra artística, es una parte de ese todo y tiene que tener la humildad de saber que aporta lo que tiene que aportar y luego dejar el sitio para el resto de lo que haya ahí.

AB - Vamos a meternos en tu último trabajo, "12 segundos de oscuridad". ¿Qué le aportó Juan Campodónico al disco?

JD - Juan fue el timonel del disco. No sólo en los aspectos artísticos musicales sino también en lo visual. Fue un disco (para mí) difícil de escribir y de grabar y él se puso el proyecto al hombro, fue un aliado impagable... aparte de su talento, su valor como ser humano.

El equipo siempre fue elegido en común acuerdo, él participó en todas las decisiones. Desde recomendarme un diseñador de página web (KBZ), hasta la fotógrafa, que es una de mis favoritas en el mundo, Matilde Campodónico, hermana de Juan... que por cierto no está por eso, sino que es una fotógrafa increíble, de nivel internacional. El diseñador, Santiago Velazco, el técnico de sonido, Julio Berta, el arreglador, el gran maestro Luciano Supervielle, de quien soy un admirador incondicional. Músicos uruguayos como Gonzalo Gutiérrez (que toca conmigo desde los 15 años), Gabriel Casacuberta (que ya grabó en mi primer disco). Es un equipo con gente de esta ciudad, (menos Gonzalo que es de Piriápolis). Es un disco que parte de un concepto gráfico y conceptual (valga la redundancia), alrededor de un lugar geográfico, de aquí que es el Cabo Polonio, que fue donde el disco comenzó a ser escrito.

GS - Por las cosas que contás (cómo lo grabaste, quién hizo la fotografía) es un disco super uruguayo.

JD - A pesar de que se hizo casi todo en España, porque el equipo viajó hacia allí. Debe haber pocas personas que crean menos en el nepotismo, en trabajar con gente por el hecho de que está cerca de ti o en el patriotismo barato de trabajar con alguien porque sea de tu lugar. Pero es que no tengo manera de explicarlo, este es el equipo más lindo con el que podía contar y circunstancialmente está en Uruguay. Ahora voy de gira con una banda de la cual la mayor parte de los músicos son españoles, que también integran el disco, es decir, está también Huma, Borja Barrueta, hay muchos músicos españoles dentro del disco. Sólo que todas las partes de decisiones estéticas centrales como el sonido, la imagen, la fotografía, la producción musical, los arreglos, son tomados por el equipo que tengo aquí.

Me parece una casualidad histórica que haya tanta gente desenvolviéndose tan bien internacionalmente en este momento, en este país, en esta década. Nos vamos a acordar en otro momento del nivel que están teniendo las producciones de Juan Campodónico, de Luciano Supervielle y del sonido de Julio Berta. Aparte Juan trabaja con todo el mundo. ¿A quién no ha producido Juan en el Uruguay?

AB - Paulinho Mosca, sentado en la misma silla en la que estás tu, nos decía que la tecnología y el mundo en el que vivimos ha permitido borrar ciertas fronteras. Y esto que estamos escuchando de María Rita me generó curiosidad porque en alguna nota contabas: la grabamos a distancia. ¿Cómo es ese trabajo?

JD - Sí. Bueno, me alegro de que parezca que está cantada en un mismo sitio, pero lo cierto es que está cantada en un mismo sitio emotivo, de repente. Ella grabó su voz en unas circunstancias muy lindas, según me contó. Salía de una entrega de premios vestida de princesa, con un vestido largo, tacones, maquillada, peluquería y en el momento en que abandonó la fiesta con el rimel movido, se metió en un estudio de grabación y grabó, de primera toma, sola en el estudio, como una princesa trasnochada. Así grabó su parte de la canción y me la mandó. Después yo adecué mi voz a la de ella. Es decir, bailamos a distancia.

AB - Hablemos del premio al Mejor Álbum del año de la música española.

JD - Es algo que me agarró totalmente por sorpresa. Cuando te dicen que estás nominado con Alejandro Sanz (todo el mundo lo conoce acá) y con Dover (que es menos conocido aquí, pero en España es una mega institución, vende muchísimos discos) te llama mucho la atención que después te lo den a ti. Además, no es mi disco más comercial, más bien es de los menos. Es un disco sin foto de portada ni de contraportada de mi cara, hay que buscar una foto del intérprete adentro. Tiene un nombre largo y difícil de recordar, que incluye la palabra oscuridad, ese tipo de cosas que da miedo a los equipos de marketing de las discográficas. Pero bueno, mi discográfica ha hecho discos como "El salmón", de Andrés Calamaro, o sea que ya está curado de espanto. Y mi equipo de trabajo me apoyó en todo. Todo el mundo entendió que eso era lo que tenía que escribir. Eso es lo que yo considero de mi profesión. Uno tiene que escribir lo que tiene que escribir en ese momento y no andar tratando de dar bandazos mediáticos, que por lo general están equivocados. El mundo mediático es absolutamente imprevisible. Creo que tratar de calcular algo, no sólo vuelve mediocre a un trabajo, sino que es totalmente inútil.

AB – Hablando de premios, estuviste en la entrega de los Premios Gardel. Y allí reclamabas mayor atención a los músicos que estuvieron.

JD - Vamos a partir de una base previa. Los premios son una cosa... es decir, no es por lo que uno escribe canciones. A uno lo deja contento, es un reconocimiento. Pero en el mundo de los medios de difusión es el tipo de noticias que ocupa un lugar, están hecho justo eso. Y el hecho de que los medios de nuestro país hayan ignorado totalmente que hay una toda una nueva generación de músicos jóvenes, que en este caso ha tenido un reconocimiento muy importante y en masa. Estaba Ana Prada en la categoría revelación folclore, Martín Buscaglia y Daniel Drexler (mi hermano) en Mejor Álbum Pop, dos de las categorías más importantes de los premios de la música argentina. Y vos te ponés a pensar que nadie se enteró aquí, que se habló muy poco de eso. Se llegó a decir, creo que era Martín Buscaglia o Ana Prada que era la cantante argentina o el cantante argentino, en un diario aquí de tirada gigantesca. Es una vergüenza.

Después nos quejamos porque en la Bienal de Sevilla el stand Argentino tiene la Cumparsita (que por cierto me parece que es una música universal). Hay que saber que la escribió el señor Matos Rodríguez, que estaba aquí en Uruguay. Pero en vez de quejarnos tanto del pasado, démonos cuenta de que de esos tres discos nominados a los premios más importantes de la música argentina uno sólo está editado en Uruguay. No conozco ningún caso en que un país fronterizo premie a unos artistas (la nominación ya es un premio) que viven en su país de origen y que no consigan editar sus discos allí. Es un error grave lo que está pasando con la industria discográfica uruguaya. Y no tengo pelos en la lengua para hablar cuando veo que las cosas están mal y para decir que en mi caso tengo una discográfica muy valiente que te ayuda a sacar un disco de características raras.

De verdad, me cuesta mucho hablar con neutralidad porque de esas tres personas dos son parientes míos. Uno es mi hermano y Ana Prada es mi prima, pero nadie los premió por eso. Aparte todo el disco de Martín Buscaglia, en mi opinión, es uno de los mejores que he escuchado últimamente. Y un disco que pongo y vuelvo a poner.

GS - Una entrega de premios, además, en la que Ruben Rada ganó un premio como artista revelación.

JD - Ruben, artista queridísimo en muchos lados, necesita también una presencia mediática pero no necesita ayuda. Pero, lo que te llama la atención es que hay una generación nueva lindísima, hay vida más allá del rock nacional. El rock nacional es maravilloso y ha abierto un montón de puertas, ha conseguido cosas inéditas en el mundo de la música uruguaya y creo que debemos estar contentos de lo que pasa. Pero la canción en otros aspectos también está haciendo cosas muy lindas.

GS – Cuando hablabas de los músicos que tienen posibilidades de salir, estaba pensando en una serie de músicos uruguayos que hoy en día están con buenas posibilidades en España. La gira del Cuarteto, por ejemplo.

JD - Que llamó mucho la atención.

GS - Y tu hermano, que va a encarar segunda gira española. Martín Buscaglia, que está instalado, y este disco nuevo llega con buen salto desde España...

JD - Y tuvo cuatro estrellas en varias publicaciones, es un disco muy considerado en España. Y luego me enteró que viene aquí y hace una Sala Zitarrosa que no se llena. Señores no nos estamos cuenta de que están pasando cosas muy importantes en la música uruguaya, que se da cuenta la gente de otros lugares del mundo. Es decir, todos esos artistas tienen más convocatoria en España o en Argentina.

AB - Por aquello de que nadie es profeta en su tierra...

JD - Pero, es que eso no es cierto porque hay muchos profetas en esta tierra y muchos profetas argentinos en tierras argentinas. Y no sé que pensar de eso.

AB - ¿Qué esperás del show del sábado? ¿Menos gritos, más aplausos?

JD - No me molestan los gritos. Toda exteriorización de afecto sea estentórea o sutil es bienvenida desde un escenario. Es muy lindo que la gente suelte un poco las riendas y se deje ir. El show es eso, una catarsis mientras no molestes, hacés de todo.

AB - Por ahí dijiste que el público uruguayo es muy parecido al del norte de España.

JD - Depende del lugar. Pero me hace acordar mucho al público de Barcelona, de Cataluña, en algo al público gallego. Es un poquito más fervoroso que el público del país vasco que es muy serio y respetuoso. Pero no es el público andaluz, ni el canario, ni el de Buenos Aires que desde la primera canción ya están saliéndose de las casillas.

GS - Tipo hinchada de fútbol...

JD - Sí. Pero, es algo muy cariñoso. A mí me encanta que la gente cante en los recitales. No sólo porque es lindo sentir que la gente conoce tus canciones, sino porque me gusta el fenómeno sonoro de un coro de cientos de gargantas en una habitación. Me gusta como suena.

GS - Te acompaña en el recital del sábado una banda de músicos españoles. Pero no me imagino a Jorge Drexler en un escenario sin Gonzalo Gutiérrez en el bajo. Me imagino que habrán músicos uruguayos acompañándote.

JD - Yo tampoco me imagino. La participación de Gonzalo en el disco también fue un baile a distancia. Clavó en el ángulo de entrada dos bajos grabados desde su casa en el campo de Piriápolis. Lo que sucede es lo siguiente, primero que yo quería trabajar con contrabajo este año y segundo que la gira era muy intensa. Nunca había hecho una gira tan intensa y en teatros tan bonitos. Éramos 18 personas moviéndonos en tres furgonetas y un camión de equipos por todo el país. Y eso requiere de una presencia constante del músico en España, alguien que esté residiendo allí. Gonzalo es uno de mis mejores amigos y el mejor bajista eléctrico que conozco.

Pero también es muy lindo y no me había pasado nunca esto. Estoy muy orgullo de traerla aquí; de tener una banda única, homogénea, que rueda, que lleva ya más de 30 shows juntos, que ha pasado por muchas situaciones. Y el show está en un estado de madurez que me encanta. Esta "Nacho" Benedetti en las programaciones de sonido y de luz, hay un trabajo escénico de movimiento, casi guionado. Estoy muy contento.

AB - ¿Habrá disco de show en vivo?

JD - Me encantaría. Tengo muchas ganas de grabar un disco de show en vivo. He estado trabajando tanto y moviéndome tanto, que no he tenido tiempo ni de realmente pensar dos días seguidos. Así que no sé. En los últimos dos meses he entrado y salido de España, 18 o 20 veces. No lo sé.