El Principito se convierte en títere para llegar al Solís
Es una historia entre títeres, pero habla del sentido de la vida y las contradicciones de la sociedad moderna. Es una historia vigente para grandes y chicos porque habla de la sabiduría, la amistad y el amor. Cachiporra Artes Escénicas presenta El Principito, la famosa obra del aviador Antoine de Saint-Exupéry. Todos los domingos de junio y julio a las 11 de la mañana en el Teatro Solís.
"-Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el Principito, a fin de acordarse.
- El tiempo que perdiste por tu rosa es lo que hace a tu rosa tan importante -dijo el zorro.
- El tiempo que perdí por mi rosa... -dijo el Principito, a fin de acordarse.
- Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable de para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa..."
No son simples muñecos. "Cuando el manipulador lo toma le empieza a transmitir la vida. Lo despierta y empieza a funcionar", dijo Javier Peraza, actor manipulador de El Principito. Todos los domingos a las 11 de la mañana, en el Teatro Solís, los títeres cobran vida para actuar una historia con temas muy humanos como el sentido de la vida, la sabiduría y el amor.
Para Cachiporras Artes Escénicas el verdadero protagonista es el público. "Nuestros espectáculos tienen grandes espacios a rellenar por el espectador y eso es lo que funciona y lo que hace que los espectadores sientan la necesidad de estar participando de ese tipo de espectáculos. En realidad, el libro tiene bastante de adulto y ese era uno de los grandes problemas que enfrentamos. Convertir eso en algo que fuera atractivo, en particular para los niños, era comprometido", dijo Peraza.
Pero el objetivo no sólo es crear un espectáculo entretenido sino también educativo. "Tuvimos que hacer una síntesis de un libro que tiene 120 carillas y el texto que tenemos entra en nueve (menos de la décima parte). Pero justamente el objetivo era crear la síntesis y sobre todo ser fieles al espíritu del libro", agregó el artista en diálogo con la Segunda Mañana de En Perspectiva.
Cuando termina el espectáculo los manipuladores salen de escena, se sacan las capuchas y saludan. En este caso, todos los manipuladores llevan el apellido Peraza: "una cosa maravillosa que ocurre en la familia es que estamos trabajando todos. Mi compañera, nuestros hijos Javier y Primavera, nuestros nietos Raúl, Ernesto, Rodrigo y Martín. Todos tienen una formación profesional, aparte de participar en los espectáculos, se han preparado, han trabajado, han actuado y cada cual hace dentro de su perspectiva lo que puede", dijo Peraza.
Las entradas para la obra cuestan 120 pesos.