Cultura

"Escribí Me Voy para divertirme"

Llenó el Plaza y se reveló como fan de la música uruguaya. El Cuarteto, Drexler, Buscaglia... Con cuatro discos y una proyección internacional arrolladora, Julieta Venegas presentó Limón y Sal en Montevideo. Antes del concierto, estuvo en El Espectador.

(Emitido a las 11.45)

GONZALO SOBRAL:
En  el aire suena Julieta Venegas, compositora y cantante nacida en California pero forma parte de Tijuana México, como el lugar con el que todo el mundo la identifica. Cuatro trabajos discográficos en su haber, hoy en día una de las figuras más destacadas del pop latino. Entre otras cosas, para los uruguayos, es la madrina del Cuarteto de Nos en buena parte de América Latina, metida incluso a periodista para la Rolling Stone entrevistando al grupo uruguayo.

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Julieta, cuando mirás por el retrovisor y ves aquella banda punk de Tijuana y te ves ahora, ¿qué cosas vas viendo? ¿Qué cosas van apareciendo?

JULIETA VENEGAS:
De todo. Yo nunca he sabido separar mi vida personal de la musical. Siempre ha sido como lo mismo. Lo enredo todo y todo es parte de los mismo, los novios eran de mis grupos, mis broncas familiares venían de ahí. O sea, todo es como una revoltura y siempre lo ha sido entonces eso es algo que no sé hacer. Cuando de repente me dicen: ¿cómo es Julieta la artista, Julieta la persona? Y yo digo que es todo lo mismo. Es una revoltura de mi vida y es como pensar en tu vida. Es para mí lo mismo.

GS - ¿Y qué fotografías grandes te van quedando? ¿Cuáles son las imágenes?

JV - Creo que el cambio más importante que tuve fue cuando decidí irme desde Tijuana a la ciudad de México. Eso fue algo que marcó mi vida y que la separó en dos partes. Fue encontrarme con una ciudad que me encantó. Me quedé porque me gustaba no era porque tenía una idea muy clara de nada. Todo el mundo me dice: "claro querías ser artista". Y yo no, realmente me encantó la ciudad y dejar Tijuana atrás es algo que me marcó mucho porque significó dejar los grupos con los que tocaba, dejar a la gente que conocía, dejar a los músicos que conocía, para empezar otra vez de cero y pensando todo el rato que quiero armar un grupo aquí y eso significaba armar mi vida ahí. Entonces, fue un paso muy grande.

ALEJANDRA BORQUES:
De Tijuana al DF efectivamente la dimensión y las expectativas que uno puede plantearse son muchas. Cuando llegaste y te instalaste, ¿qué había musicalmente que te atraía? ¿Qué era lo que querías desarrollar? ¿Qué es lo que te daba el DF que no te daba Tijuana?

JV - Era más bien lo que no me daba Tijuana. En Tijuana venía tocando en lugares muy pequeñitos todo el rato y me daba cuenta de que de ahí no iba salir, de tocar para mis papás, para mi familia y para mis amigos, iban a ser siempre públicos más pequeños. Me daba cuenta de que estaba en una ciudad donde ya me conocían, donde ya era parte de el ambientito tijuanense. Pero decía sería bueno tocar ante desconocidos, ante más público aunque me saquen del escenario. Pero que sea otra la gente que me vea. Sería como crecer y tratar de crecer un poco como artista. Esa era un poco la idea.

AB - Y en el DF, ¿qué es lo que te respalda que te permite llegar a desarrollarte en esa primera instancia? 

JV - Primero fue la posibilidad de crecer y de presentarme a otro tipo de público. Esto también me obligaba a crecer, a evolucionar y a definirme. Entonces, cuando llegué a México pegué volantes para armar otro grupo porque estaba con esa idea. Formé un grupo que se llamó Lula que duró un año. Y acabó mal. O sea compusimos, tocamos y nos fue muy bien y todo. Pero realmente en ese año me di cuenta de que yo no era para un grupo. Fue cuando dije que esa onda colectiva de componer en grupo, de hacer las cosas en grupo no era lo mío. Ahí es cuando me di cuenta porque venía toda la vida buscando eso y ahí fue cuando dije: ¡ah, es que en realidad no es lo mío! Entonces, cuando se separo el grupo dije: "¿ahora qué hago sola?". Había tocado muchos años el acordeón, era un instrumento que me daba curiosidad, siempre me llamó la atención. Y ahí dije bueno me compro un acordeón y empezaré a hacer shows con acordeón, piano y caja de ritmos.

GS- La primera vez que vi a Julieta Venegas fue hace ya unos años en la grabación de el primer MTV Unplugged que se hacía en Argentina, el de Diego Torres. Ahí aparecía Julieta Venegas con su acordeón. Y fue una manera de presentarte muy fuerte a nivel del Cono Sur. Después llegaría Sí. Y con Sí una carga de éxito muy importante. ¿Cómo fue de fácil llevar esa mochila para encarar después Limón y Sal?

JV- En realidad fue fácil porque yo como que me desconecté mucho de Sí. Sí fue como un experimento de hacer otro tipo de canción del que venía haciendo. Había cosas de las que no había hablado nunca en mis canciones porque sentía que no era capaz de hacerlo y porque no me había animado a hacerlo. Hablar de amor, felicidad, ternura. Ese tipo de cosas era la que estaba experimentando con Sí, hasta el extremo de salir de novia en la portada. Eso era del juego que yo tenía, de romper con un personaje que yo misma había hecho y en el cual me sentía un poco encasillada. Ya tenía muy claro cómo hablar de rompimiento, de tristeza, melancolía y quería romper con eso. Sí fue una sorpresa en su totalidad. Lo que pasó era inesperado. Era para mi y para la compañía un experimento porque no sabían qué hacer conmigo estaban todos como: "bueno, menos presupuesto y a ver cuando salga ya veremos". Y fue algo que nos empujó. O sea, el disco nos empujó por la gente porque empezaron a reaccionar por el disco espontáneamente y de repente todo empezó a crecer, crecer, crecer. Cuando terminó la gira dije ya está, a encerrarme en mi casa y ahora que tengo la oportunidad quiero dedicarme a componer y no pensar en nada más. Y fue super lindo. Siempre había hecho los discos muy distantes (tres años entre cada disco) y esa fue la primera vez que tenía la oportunidad de terminar la gira y ponerme a grabar. Estaba feliz con esa idea.

GS - Aprovechar el envión.

JV - Sí. Pero lo bueno es que fue sin presión. No había una presión de tener que hacer el disco ya, era como "bueno, ponte a escribir y tú decides cuándo". Y eso me hizo sentir más confiada y salió todo muy rápido. Fue natural.

AB - Es natural también verte o escucharte sonar, por ejemplo, en bandas sonoras de televisión. Es casi recurrente. Julieta Venegas aparece en las escenas de amor cantado, no hay forma de zafar y eso es Limón y Sal. Hay un contenido muy fuerte de romance pero sin temor alguno, ¿no?

JV - Sí. El amor siempre me ha inspirado mucho. Y creo que Limón y Sal lo enfoqué como un disco de historias de amor. Desde dos personas que se pueden juntar, enamorarse, dejar de quererse, dejarse, olvidarse como todos los momentos que puede vivir una relación. Me intrigaba pensar de esa manera. Y siempre me inspira mucho escribir de amor.

GS - ¿Qué cosas te inspiran para componer? ¿De dónde vas tomando?

JV - De todo. De la música de los otros, de la literatura también.

GS - ¿Cuáles son los otros?

JV - Todo el mundo. Desde Caetano Veloso hasta Marisa Monte, Juana Molina, Café Tacuba. Soy fan de la música, es algo que me encanta.  

GS - Me contaste de los discos, contame de los libros ahora.

JV - Cuando estuve con este disco era mucho de Clarice Lispector. De acá conocí a Marosa Di Giorgio  y la verdad es que me encanta esa intensidad. Bueno ese es un estilo. Pero en realidad soy muy de Haruky Murakami, Dostoievsky,  Saramago, Oram Pamuk. Me gustan los grandes, como alguien que dice qué maestro, que te expresa cosas y que te enseña cosas de ti mismo. Me encanta leer y es algo que me inspira mucho para escribir también.

AB - ¿Qué pasa con la familia? Sos hija de fotógrafos. ¿Te siguen la pista, te acompañan o te dejan librada a estas giras Latinoamericanas largas y divertidas?

JV - Con mi familia siempre he sido muy independiente. Mis papás se resignaron a que iban a tener que confiar en mí desde que me fui a Tijuana.

AB- ¿Con cuántos años te fuiste?

JV- Tenía 22 años. Para mis papás fue muy duro. Para ellos era como que me iban a perder. Pero no me acompañan tampoco. Están conmigo, siempre estamos en contacto, siempre estoy hablando con ellos y mi vida cotidiana ya la he hecho en la ciudad de México. Voy a visitar a mi familia pero yo vivo en la ciudad de México. Entonces, me la paso de viaje todo el tiempo.

AB - Hoy hablábamos de los gustos musicales. Ya nos hemos acostumbrado a escuchar a Musso y a Tabella muy contentos hablando de ti en esta misma nota. Te regalamos un poco del Cuarteto... 

(Música de El Cuarteto de Nos)

AB - ¿Cómo es que te convertiste en la madrina de El Cuarteto de Nos? Hoy Gonzalo decía que hasta te convertiste en periodista para la Rolling Stone y te diste el gusto de hacerle todas esas preguntas reiteradas que te hacemos los periodistas. ¿Cómo fue?

JV - En realidad fue porque me hice fan. Yo no conocía obviamente al Cuarteto, conocí Raro y me volví loca con ese disco. Un amigo uruguayo me habló de ellos. Fue muy loco, si vieroan mi artículo realmente lo conté como fue. Un amigo me dijo que había escuchado un grupo uruguayo que lo mató, le voló la cabeza y me dice que tenía que oírlo. Y otro amigo me dice: escuché a un grupo uruguayo que me mató, me voló la cabeza. Era como mucha coincidencia. Al poco tiempo viajo con Campodónico (ya lo conozco de hace rato) y me pasó el disco y... tal cual, me voló la cabeza. Me hice fan, sé las letras, me puse como adicta con ese disco, lo estuve oyendo durante ocho meses y no lo quitaba nunca. Estaba como loca con el disco y se lo puse a un amigo, fue todo por accidente. A cualquiera que se me acercaba le decía: mirá el Cuarteto de Nos. Y uno de esos amigos que se lo puse fue el que luego lo firmó porque es muy amigo mío, y también se emocionó y se volvió loco y se hizo fan. Yo en realidad fui como una del boca boca que hay en el medio. Y luego me llamaron para hacer el artículo y yo les decía que yo no me las iba a dar de periodista. Pero estuvo muy divertido porque además los pude conocer.

GS - El otro día hablabas con naturalidad de otros músicos uruguayos, solistas que han desarrollado carreras importantes en España estoy hablando de Jorge Drexler y de Martín Buscaglia.

JV - Me encantan.

GS - ¿Cómo llegaste también hacia ellos?

JV - A Jorge Drexler lo conocí porque apareció en algún lado, me hice fan de Frontera, luego empecé a investigar hacia atrás. Y luego todo lo que ha seguido saliendo de él me ha gustado y después ya lo conocí en el homenaje para Pablo Neruda, en Barcelona donde tocamos juntos. Nos hicimos súper amigos y después él fue el que me recomendó el primer disco de Martín. Y ya me hice fan total de Martín y el último disco el de El Evangelio según mi jardinero es alucinante. Están renovando mucho lo que se conoce como cantautor. Es como otra generación y es súper bonito.

AB - ¿Estás escribiendo mientras viajás? ¿Preparás el próximo disco o no?

JV - No. Suelo escribir diarios, cosas que me pasan y a veces de ahí surgen cosas. Pero no es como que pienso concretamente canciones para el disco ni nada. Ni siquiera cuando escribo pienso que es para el disco, eso como que me limita. Tengo que pensar que me siento a escribir y a ver que sale.

GS - Me voy, por ejemplo, ¿alguna vez imaginaste que iba a impactar en toda América Latina?

JV - No para nada. Y esa justo fue una de las canciones que hice como de una, de corrida. Me senté y la escribí completa. Terminé de escribirla y empecé a arreglarla, fue cuando me encerré en mi casa a trabajar. Fue como esas canciones espontáneas y yo estaba muy divertida haciéndola y me reía de la letra y me imaginaba a todas las chicas con la cerveza cantándola. Era para divertirme.

GS - Estaba bueno porque te imaginaba chicas con cerveza y yo lo que he visto son niños cantándola sin cerveza obviamente porque es una canción que entró muy bien en una generación en torno a los diez años.

JV - Claro, eso es algo muy lindo y raro. El otro día me dijeron: tenés que hacer un programa de niños. A mi me encantan los niños y me llevo súper bien con ellos, pero si me pongo a escribir pensando que lo estoy haciendo para niños me voy a poner como así... Escribo y lo más lindo es que conecta de una manera tan espontánea realmente. Los niños son el público más natural que hay, no es como ni el merchandising, ni la mercadotecnia, ni el marketing. Es una reacción a una canción y listo.

AB - Agostaste entradas y una de las cosas que pasa hoy con la música nacional y en especial a los más jóvenes que se presentan es que se empiezan a cruzar generaciones: van padres con hijos a los conciertos. ¿Qué van a ver esta noche quienes vayan al Plaza? ¿Cómo es ese show?

JV - El show está basado en Limón y Sal pero como este es mi cuarto disco me gusta meter canciones de discos anteriores.

AB - Te dejás presionar por el que te pide el éxito, el primero, el último...

JV - A mi me gusta meterlos porque también hace un poco como contar mi historia, como decir qué lindo tenerlos aquí y presentarme de una manera lo más completa posible. Y de repente son canciones que son de homenajes o de películas. Es como una mezcla de todo.

GS- ¿La gira por Latinoamérica como va?

JV - Muy bien. Acá en Montevideo terminamos la gira por Latinoamérica, después seguiremos, pero mañana nos vamos a Europa. Nos vamos a Suiza, estaremos un mes por España. Y la verdad que este tramo de la gira es alucinante, muy bonito. El sur ha sido muy generoso conmigo.

GS - ¿Aprovechaste a comprarte otra música?

JV - Sabés que salí super regalona de aquí porque todo el mundo me está dando discos, así que a la otra que vuelva a Uruguay voy a más de la música uruguaya.