Lejos el mejor
Biguá es el nuevo monarca de Uruguay y en los últimos años no hubo una superioridad tan grande en la final, quizá solo se compara la barrida de Trouville a Aguada en la temporada 2005-2006. Liderados en cancha por Leandro García Morales, pero con un complemento perfecto, el pato ya forma parte de la corta historia de la Liga.
Probablemente desde que existe
Empecemos analizando a Biguá de atrás hacia delante, del perímetro hacia el juego interno. Esa primera línea tuvo nada más ni nada menos que al base titular y al escolta de
Martín Osimani demostró que es mucho para el medio, rompiendo a casi todos sus defensas y culminando con la asistencia justo para el gol. Si de talentos que sobran se habla, qué decir de Leandro García Morales.
Ya había defendido al pato, pero por una cláusula en el contrato hizo que emigrara al exterior. En la temporada pasada por el famoso "pacto de caballeros", no fue elegido en el draft pero esta vez, luego de salir mejor jugador del TNA argentino, vino y demostró que es un fenómeno, siendo el goleador del campeonato, pero además un gran jugador de equipo.
El puesto de tres o alero, fue rotado por el entrenador a lo largo del campeonato. Primero comenzó de titular Rodrigo Carvidón, teniendo también bastante ingreso en esa posición, Gonzalo Meira, un sub 23 de
Uno puede hablar de un perímetro que quedó chico, pero el equilibrio llegó desde el juego interno. La mejor pareja de extranjeros fue sin duda la integrada por Kevin Young y Mark Bortz.
El jamaiquino fue una garantía en ataque, sobre todo en los rebotes y terminó siendo uno de los mejores importados que tuvo el certamen. A su lado estuvo un pivot blanco, muy grande, que hizo más temible aún esa tabla, convirtiendo cerca del aro pero lastimando con un aceptable tiro de cuarta.
Del el draft arribaron Omar Galeano y un viejo conocido de la institución, Martín Montes. Ambos dieron su mano, sobre todo Galeano que siempre fue el aire de Bortz y Young. No hay que pasar por alto a los jugadores sub 23 del club, en especial al armador Juan Cambón, que demostró gran madures y fue importante en los momentos que remplazó a Osimani.
Por último hay que ponderar la labor de quien logró amalgamar las piezas y que hasta este momento no había tenido la chance de lograr cosas importantes a nivel de Primera División. Marcelo Signorelli logró su primer título de Liga Uruguaya y si bien tuvo un equipazo con varias estrellas, supo como manejar al plantel para concretar el favoritismo que un año atrás no pudo demostrar otro gran equipo ante Malvín.