Una lástima, pues Nacional tuvo un comienzo de partido interesante e incluso estuvo más cerca del área rival que San Pablo. De hecho, en el primer minuto de juego Richard Morales tuvo una oportunidad de convertir pero su remate resultó fallido. Con el correr de los minutos los tricolores se quedaron, se fueron diluyendo en un partido friccionado.

El Chengue Morales demostró el coraje de siempre y a los 32 minutos, a impulso personal, creó una jugada de gol que terminó en corner. La primera jugada de peligro de San Pablo recién llegó un minuto después a través de Adriano, pero salvó el guardameta tricolor. Fue un anuncio de lo que vendría. Al minuto siguiente el oportunista Adriano sí convirtió, luego de un error de Romero. El tricolor sintió el impacto del gol y en los minutos finales de ese primer tiempo jugó muy nervioso.

Para el complemento, a pesar de la expulsión de Caballero (debió salir cuando terminó el primer tiempo pues se veía que estaba muy nervioso), Nacional no se achicó. Lucho y lucho pero le faltó fútbol. En el minuto 70 entró Diego Vera por Morales y Martín Ligüera por Mathias Cardaccio. Nada cambió. En el minuto 89 Dagoberto, que había entrado en el segundo tiempo, aprovechó los espacios que dejaba Nacional a esa altura y convirtió con gran eficacia.

A pesar de las carencias tricolores, los paulistas nunca exhibieron una superioridad evidente. Dejó muchas dudas. En definitiva, se perdió ante un equipo mediocre que apenas demostró tener un poquito más de oficio y técnica en los dos partidos jugados.