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River salió campeón en Argentina

River salió campeón en Argentina

River ganó Olimpo de Bahía Blanca por 2 a 1 y se proclamó campeón del torneo Clausura argentino.

River, el flamante campeón del torneo Clausura de fútbol argentino de primera división hizo los méritos suficientes para festejar su trigésimotercer título en el fútbol de su país, luego de exhibir personalidad y entereza anímica para superar distintos contratiempos que tuvo que vivir el plantel en el primer semestre de 2008.
   Pocos imaginaron que el equipo conducido por Diego Simeone resultara el gran ganador de la primera mitad del año, luego de perder el superclásico ante el Boca de Carlos Ischia y quedar eliminado de la Copa Libertadores de manera traumática ante el San Lorenzo de Ramón Díaz.
   Estas dos circunstancias alimentaron un sinnúmero de rumores y  abrigaron muchas dudas respecto a las chances que tenía este equipo de sacarse este lastre que afectó anímicamente al grupo.
   El presidente de la entidad, José María Aguilar, hizo una arriesgada apuesta cuando decidió contratar al ex capitán de la selección nacional para sacar a River de cuatro años de frustraciones. El 'Cholo' se mudó de La Plata a Nuñez y aplicó el mismo manual
que tan buenos resultados le dio conduciendo los destinos de
Estudiantes.
   A poco de desembarcar solicitó algunos refuerzos y evaluó a otros integrantes del plantel que fueron relegados en la consideración de algunos colegas que lo precedieron.
   De a poco, y en la soledad del orfebre, Simeone fue modelando a un equipo a su gusto y supo cimentar el camino al éxito en la seguridad de su arquero Juan Pablo Carrizo, la personalidad de Oscar Ahumada en la mitad de la cancha y la versatilidad de un
jugador de las características de Diego Buonanotte, a la postre la
revelación del torneo.
  Sin embargo parecía que todo volvía a derrumbarse tras aquellos traspiés ante Boca y San Lorenzo que dejaron al equipo quedó muy expuesto a las burlas del folclore futbolístico y a la ira de algunos dirigentes con intereses netamente políticos.
   En ese marco, surge la importancia de un entrenador de las características de Simeone que supo conducir al grupo en medio de una tormenta que amenazó seriamente en hacer naufragar su proyecto.
   Las plumas y el maíz que le arrojaron al equipo en los minutos previos del partido contra Gimnasia funcionaron como un catalizador que hizo reaccionar al grupo.
   De a poco, River volvió a recuperar la confianza que supo tener en el arranque del torneo Clausura cuando ganaba sin lucir pero merecidamente.
   Alejado de los cantos de sirena de Copa y metido de lleno en la definición del Clausura, supo sacarle varios cuerpos de ventaja a un Estudiantes, que aflojó -como dicen en el turf- a metros de la línea de llegada.
   El empate con Independiente fue un simple accidente en el camino del título, ya que tras aquel 0 a 0, que le costó la punta, tuvo un "pique  final" digno de un campeón.
   River supo sobreponerse y tuvo los argumentos deportivos suficientes para justificar ampliamente un título que sus hinchas le venían reclamando desde hace varios años.