"No es justo un aumento de entre el 500 por ciento y 600 por ciento de un año para el otro. El viernes nos reuniremos los pilotos de la GPDA (Asociación de pilotos de Grand Prix) y habrá aclaraciones. Contactamos a la Federación Internacional del Automóvil (FIA), pero no hemos tenido respuesta", señaló el español Fernando Alonso, bicampeón de la categoría. En el caso de Alonso, la superlicencia le costó para esta

temporada 200.000 euros. Incluso, los pilotos mencionan la posibilidad de ir a la huelga en el Gran Premio de Silverstone, Inglaterra.

No obstante, pilotos como Lewis Hamilton (McLaren-Mercedes) y Kimi Raikkonen (Ferrari), que no son miembros de la GPDA, difícilmente acompañarían una medida como ésta. El precio de las superlicencias aumentó de manera excesiva este año y para cada piloto en particular depende de los puntos logrados en la temporada anterior, y ese dinero es utilizado para mejorar la seguridad de los circuitos.

"Estoy de acuerdo en pagar cuando se trata de seguridad, pero no veo porqué los precios deben ser diferentes para cada piloto", señaló por su parte el actual líder del Campeonato del mundo de Fórmula 1, Robert Kubica (BMW Sauber).