Con Mauricio Aguiar era claro favorito, sin él la óptica del torneo varió lo cual fue lógico, ya que se sabía que varios de los juveniles iban a tener muchos minutos, algunos con experiencia internacional pero a nivel de formativas.

El primer encuentro ante Minas Tenis fue duro pero el Pato lo sacó adelante 84-77. La segunda presentación se podría decir que fue una manera de alivianar cargas porque se sabía que las posibilidades de golear ante Barcelona eran muchas y así fue. Un contundente 96-54 servía de antesala para quizá, el choque bisagra.

Apareció Libertad de Sunchales, un gran equipo, al cual los comandados por Néstor García pudieron derrotar agónicamente 90-89, no sin antes empatar en los 40 reglamentarios en 80. Leandro García Morales demostró que le queda chica la Liga Uruguaya y colocó 44 tantos

Llegó el día de la prueba final, entre la noche del 31 y la madrugada del 1º de noviembre Biguá chocaba con Univille de Brasil, un equipo ganable pero que estaba motivado por llegar invicto y que además podía aprovechar el desgaste de los uruguayos producido en el juego anterior.

Fue un trámite increíble, primero el pato tenía casi asegurado el encuentro con cinco tantos de ventaja y apenas poco más de un minuto por jugar, luego pasaron los norteños y sobre la hora Martín Osimani forzó un nuevo alargue en 66.

El propio Osimani (26 puntos) fue fundamental para en esos cinco minutos finales darle el punto a su equipo que significó luego de 16 años ganar internacionalmente a nivel de clubes y después de 43 hacerlo afuera de Uruguay.

A nivel individual hay que destacar que Leandro García Morales fue elegido como el jugador más valioso del certamen, promediando 23.4 puntos por juego.