Constructores como Buick, dependiente de General Motors, así como varios grandes bancos, dos de los sectores más afectados por la crisis financiera, son los principiales espónsors del golf, cuyos campeones figuran entre los deportistas mejor pagados del mundo.

"Creo que el principal impacto para el PGA vendrá de los fabricantes de automóviles", declaró el estadounidense Phil Mickelson, que acaba de ceder el número dos mundial al español Sergio García, al comparecer ante la prensa en Singapur, donde esta semana disputará un torneo.

"Hemos visto que General Motors está sufriendo y podría faltarle liquidez al final del año", añadió el número tres mundial, refiriéndose también a las dificultades que atraviesan Ford o Toyota.

"Tenemos tantos patrocinadores en la industria del automóvil que pronto sentiremos las consecuencias. Cuando expiren los contratos, sin duda tendremos que encontrar nuevos espónsors", advirtió.

Mickelson agregó que cuanto antes vuelva a la competición el número uno mundial, Tiger Woods, mejor irán las cosas en términos de audiencias televisivas.

La estrella estadounidense del golf no juega desde junio, cuando se sometió a una delicada operación del ligamento de la rodilla izquierda, y aún no tiene fecha de regreso.

"La razón por la que todos queremos que vuelva Tiger es que dirige el juego en el golf", explicó Mickelson, destacando lo mucho que su compatriota ha hecho por ese deporte.

"Mantiene las audiencias de televisión, los espónsors lo necesitan en sus torneos y la gente quiere verle, así que necesitamos que regrese lo antes posible", argumentó el golfista.