El club Goes fue castigado con la suspensión de su afiliación por un año, debido a los incidentes protagonizados por su hinchada al término del partido con Aguada en agosto pasado. Los hinchas tricolores provocaron una camorra similar el domingo y ahora se espera que el Tribunal de Penas de la AUF se expida sobre el caso. En aquella oportunidad el Tribunal de Penas de la FUBB declaró en forma unánime el castigo ejemplarizante al equipo de básquetbol y la prensa estuvo de acuerdo. ¿Cómo actuará el Tribunal de Penas de la AUF? ¿Qué dirá la prensa esta vez? ¿Cambiará la opinión según los colores y banderas?
Por Alejandro Espina
Seguramente en el confidencial del árbitro Jorge Larrionda esté la observación de los hechos que permitirán al Tribunal de Penas de la AUF actuar y penar a los tricolores por los incidentes del domingo en la cancha de Danubio. Casuales, casualidades: un año atrás, en ese mismo estadio, Jardines del Hipódromo, el mismo árbitro fue quien suspendió el partido entre Danubio y Peñarol porque alguien lanzó una piedra que impactó en el línea Mauricio Espinosa.
"Es elocuente, la imagen habla por si sola", dijo Larrionda en aquella oportunidad. Por ese incidente penaron a los aurinegros con la quita de tres puntos. Los mismos que hoy les faltan para alcanzar la primera posición en el torneo Apertura. Ahora, ¿qué habrá escrito Larrionda ante tanta violencia desenfrenada?
Los incidentes, provocados por quienes rompieron intencionalmente el alambrado de la tribuna con la intención de entrar a la cancha, son muy graves.
Pero la negligencia de la AUF es aún más embarazosa, pues supuestamente- está guiada por gente educada. Sin embargo, ha dejado pasar todos los signos de violencia provocados por la hinchada tricolor en lo que va de este campeonato. En el partido Nacional-Defensor jugado en el Parque Central, los violetas denunciaron que se fueron con dos parciales heridos por las piedras que les tiraron desde el Talud. En el partido nunca jugado con Villa Española el caos desencadenado por la suspensión de Prudente resulta injustificado ante cualquier sociedad que se jacte de civilizada.
La AUF no puede con la violencia que surge fundamentalmente de las hinchadas de los equipos grandes (debe recordarse también el partido entre Peñarol-Racing en el Charrúa). El campeonato ahora está suspendido. El fútbol, como juego, parece estar terminado. Se ha perdido la maravilla de ir a ver un partido de fútbol y apreciar qué técnico plantea la estrategia más acertada, de qué jugador realiza algún destello de crack, las bromas entre amigos en las tribunas, el ritual de llevar a tu niño al estadio y comprarle un chorizo y una coca o dejar que tu hijo adolescente vaya solo a la cancha. La violencia del domingo terminó con todo. Poco importa quien salga campeón del Apertura.
El desencanto es total.