Para los partidos considerados de "alto riesgo" de lo que resta del Apertura se venderán entradas "de forma mixta", por parte de los "funcionarios de la AUF" y las redes de venta privadas. Y se podrán adquirir dos entradas por persona.

La Policía tendrá la potestad de habilitar o no las canchas donde se jueguen este tipo de partidos y podrá ejercer el derecho de admisión en todos ellos a espectadores que hayan provocado o alentado incidentes o que "evidencien ingesta de alcohol o estupefacientes".

También deberán contar con "cámaras portátiles dentro y fuera del escenario", vallas de contención en los accesos, detectores de metales y espirómetros para el control de los espectadores y tejidos perimetrales avalados por la Policía y la Intendencia.

La Policía será la que defina a qué tribuna va cada parcialidad.

Las comunicaciones internas, entre tribunas por ejemplo, "serán responsabilidad del organizador".

Además los dirigentes quedan comprometidos a cumplir las siguientes normas: No más entradas ni colaboración económica "o de otro tipo" a las Barras, colaboración con la Policía para identificar a los violentos o a los dirigentes que los amparen y la designación un Coordinador general de seguridad de la AUF y uno por cada club. Hay otras medidas "en discusión" que deberán acordarse antes del comienzo del próximo torneo Clausura.