Para la pequeña de las Williams, segunda cabeza de serie, es el décimo triunfo en una cita del Grand Slam y supone la continuación de su costumbre de vencer en el primer 'grande' en los años impares, tras sus éxitos anteriores en 2003, 2005 y 2007.

"Quería realmente ganar aquí. Sentía que debía ganar, quería llegar a los diez (títulos del Grand Slam). No sabes nunca lo que la vida te reserva y a veces las oportunidades sólo se presentan una vez, y hay que aprovecharlas", comentó la campeona.

El éxito en el cuadro individual, que se suma también al conseguido en dobles el viernes con su hermana Venus, recuerda además, por su rapidez (58 minutos) y facilidad, al logrado hace dos años ante la rusa Maria Sharapova, a la que entonces doblegó, por 6-1 y 6-2.

Serena, de 27 años, mostró un tenis de alto nivel y en ningún momento dio opción a Safina, tercera preclasificada, para soñar con la victoria.

El primer set se decidió por la vía rápida (6-0), con la estadounidense haciendo gala de su impresionante potencia y consiguiendo doce puntos ganadores, en una auténtica exhibición. Como prueba de su dominio abrumador está que su rival sólo pudo ganar ocho puntos en esa manga.

En la segunda, Williams se destacó pronto, aunque el resultado no fue tan aplastante y Safina se apuntó tres juegos, lo que hizo que su adversaria se quedara, como en 2007, a las puertas de lograr el resultado más contundente en una final del Open australiano. Sólo la australiana Margareth Smith (1962) y la alemana Steffi Graf (1994) lo hicieron mejor, venciendo por 6-0 y 6-2.

"He ido mejorando en todos los partidos. El doble me ha ayudado también. Esta mañana he hecho un excelente calentamiento y he empezado esta final con mucha relajación. Y vi el partido entre (Rafael) Nadal y (Fernando) Verdasco el viernes por la noche. ¡Fue de locos! Me dije que a lo mejor yo podía hacerlo mejor", señaló.

Por su parte, Safina se mostró contrariada por su clara derrota. "No tengo mucho que decir, no he pasado ni una hora en la pista. Serena ha sido demasiado fuerte, me ha hecho pasar por una recogepelotas. Lo siento por mis seguidores, trataré de hacerlo mejor el próximo año", dijo ante el público.

La nueva número uno de la WTA a partir del lunes, que no ha perdido en los últimos 44 últimos partidos del Grand Slam en los que ha ganado la primera manga, encadena dos éxitos consecutivos en torneos del máximo nivel, tras imponerse en septiembre en el Abierto de Estados Unidos.

Williams se convierte además en la séptima jugadora en haber ganado al menos diez competiciones con categoría Grand Slam, tras Smith (24), Graf (22), Hellen Mills Moody (19), Martina Navratilova (18), Chris Evert (18) y Billie Jean King (12).

Las dos contendientes del sábado se disputaban en esta final poder alcanzar la primera posición del circuito femenino, desplazando a la serbia Jelena Jankovic. Tras su éxito, la estadounidense volverá a ocupar un puesto en el que ha estado durante 61 semanas en su exitosa carrera.

Safina tendrá como consuelo su ascenso hasta la segunda plaza de la lista, aunque volvió a quedarse a puertas de la gloria en un Grand Slam -cayó en la final de Roland Garros en 2008- y no pudo igualar el triunfo de su hermano Marat Safin, que fue campeón en Melbourne en 2005.

En caso de haber derrotado a Serena Williams, habría sido la primera vez en la historia que una hermana y un hermano habían ocupado el número uno mundial en las listas de la WTA y la ATP, respectivamente.