Por Alejandro Espina
Aunque el presidente carbonero, Juan Pedro Damiani, dijo a Espectador.com que la historia de Peñarol está hecha de imposibles –lo que es cierto- este equipo no ha mostrado nunca esa fortaleza anímica necesaria para realizar esas hazañas épicas que conforman la historia mirasol.

Peñarol debe ganar por cuatro goles para ir a penales y no le deben hacer ninguno, porque por cada uno que le hagan deberá hacer dos. Si hace más de cuatro y no lo convierten ninguno, pasará directamente a la siguiente fase de la Copa Libertadores. Para tener presente: a esta defensa en los últimos tres partidos le hicieron 10 goles, varios de ellos insólitos, provocados por desatenciones propias de la defensa mirasol.

El plantel se fue el sábado directamente del Aeropuerto Internacional de Carrasco a Los Aromos donde ya entrenaron por la tarde en un trabajo físico y táctico. El domingo hubo doble entrenamiento, con esbozo de un primer plan estratégico para el partido del martes.
Ribas, también está trabajando en lo anímico. Es de esperar que en este rubro el director técnico no se pase con sus típicas arengas motivacionales. El primer Peñarol de Ribas tiene malos antecedentes en ese sentido. La vergüenza para la hinchada mirasol sería aún peor, si además de la eliminación llega cualquier tipo de escándalo durante o al terminar el partido.
Aquello de "hazte la fama y echate a dormir" bien se puede aplicar en este caso. El miércoles pasado al terminar el partido hubo algunos cruces entre los jugadores de ambos equipos y el goleador de Independiente Medellín, ya dijo que los jugadores de Peñarol "son malos perdedores" y "pegan mucho".

En el fútbol sólo se gana con jugadores desequilibrantes y con un técnico que ejecute una estrategia más inteligente que la de su colega rival. En ambos rubros Peñarol falló en Medellín.
Para el partido revancha se anuncian cambios en Peñarol. Es seguro el ingreso de José María Franco acompañando a Carlos Bueno en el ataque, reemplazando a Omar Pérez, quien en Medellín jugó como volante de contención, aunque contuvo poco y nada.

Probablemente el equipo titular sea con Pablo Cavallero en el arco; Danilo Asconeguy, Gerardo Alcoba, Darío Rodríguez y Jonahtan Píriz en defensa; Julio Mozzo, Maximiliano Bajter, Antonio Pacheco y Richard Núñez como volantes y Carlos Bueno y José María Franco en el ataque. Tal vez, en algunos de ellos el destino tenga reservado una noche inspirada que cambie lo previsible. Ojalá así sea.