La tormenta se descargó durante el primer tiempo. Ocho mil espectadores se hicieron presentes en el Estadio Centenario, donde Peñarol derrotó por 4-1 a Rampla Juniors.

El cambio de actitud del equipo orientado por Julio César Ribas fue muy notorio tanto a nivel individual como colectivo. Peñarol pudo poner a prueba su andamiaje de creación, donde se destacaron las subidas por los laterales de Danilo Asconeguy y Richard Núñez, el buen juego del volante Antonio Pacheco, y la movilidad permanente e incisiva de sus dos puntas: Carlos Bueno y José María Franco.

Al final del primer tiempo, Peñarol ganaba por 2-1. La diferencia en el marcador no representó fielmente lo visto en la cancha.

Los Carboneros apretaron desde el vamos a su rival contra el arco y exhibieron una búsqueda constante de variantes ofensivas para doblegar su juego. El primer gol llegó a los 13 minutos luego de un remate de tiro libre ejecutado por Antonio Pacheco, donde el golero Vikonis no pudo defender con éxito el palo a cargo de su custodia.

Un minuto después, un desborde del volante Sebastián Merlo fue cabeceado por el atacante Hernán Pintos, que sorprendió al arquero Sosa. El partido, para sorpresa de los presentes, estaba empatado en menos de lo que se esperaba.

El traspié no amilanó el planteo de los Mirasoles. Peñarol siguió dominando todos los aspectos del juego pero no podía aprovechar las ventajas que dio una muy insegura pareja de zagueros de los Picapiedras.

Como síntesis de lo planteado, en una misma jugada, Darío Rodríguez Peña estrelló una pelota en uno de los palos verticales. La jugada siguió y otro futbolista aurinegro la impulsó pero el arco ramplense fue salvado por el otro palo vertical. Finalmente, Carlos Bueno recogió el rebote y el remate fue salvado oportunamente por el arquero rival.

En tiempo de descuento, una despeje del golero fue recogido por Richard Núñez para dejar sin asunto el esfuerzo de la defensa y dejar a Peñarol en ganancia antes del pitazo de cierre del primer tiempo.

Las lluvias caídas facilitaron el trabajo del vencedor. La pelota corrió con muchísima rapidez por lo que el juego se hizo mucho más dinámico e impidió la labor del juego de enlentecer las acciones por parte de los Picapiedras.

Para la segunda parte, los carboneros manejaron mejor el ritmo del partido y dosificaron sus acciones. Sobre los 61 minutos, una muy buen asistencia de Pacheco, fue aprovechada por José Mª Franco para dejar sin asuntos al arquero Vikonis.

Nueve minutos después, Carlos Bueno marcó el cuarto gol de los Carboneros, con un excelente remate de zurda desde más de 35 metros. Tres minutos después, el técnico Ribas ordenó tres cambios simultáneos en la integración que estaba jugando.

A partir de allí, el partido cambió y los minutos transcurrieron sin hechos de notoriedad. Peñarol cerró el partido y Rampla reconoció la superioridad del rival.

Los ganadores deberán armonizar la coordinación de sus líneas para no lucir como divido en varias líneas. La actitud mostrada hoy y el buen juego desplegado ayudará sin dudas a mejorar progresivamente lo hecho en la jornada.

Dentro de cuatro días, (el miércoles a partir de las 20.15 horas), deberá afrontar los 44 minutos restantes del partido que igualaba 0-0 con Racing y que debió ser suspendido al anegarse el campo de juego del centenario. Luego enfrentará a Cerro Largo FC. Los Picapiedras serán locales ante Bella Vista, el próximo fin de semana.