"Para el Giro, va a ser muy complicado", dijo Armstrong a los periodistas al salir del Hospital Clínico de Valladolid con el brazo derecho en cabestrillo, cubierto con un forro polar.

"Nunca me ha ocurrido antes. Me siento muy decepcionado. Me siento muy mal ahora mismo, así que voy a tratar de relajarme unos días", señaló el siete veces ganador del Tour, dejando entrever que regresará a Estados Unidos para reponerse de su lesión, con gesto serio bajo una visera negra.

El ciclista estadounidense, de 37 años, se vio envuelto en una multitudinaria caída a una veintena de kilómetros de la meta en la localidad de Baltanás (norte), en la que sufrió un fuerte golpe en la clavícula, cuando rodaba cerca de la cabeza del pelotón.

"Podría haber sido peor, imagino. Tengo contusiones en la cadera derecha y el brazo, pero el gran problema es la clavícula rota", explicó el texano.

"El problema es el dolor. En el hospital de Valladolid, la gente se portó muy bien y fue encantadora. Pero ahora, me siento mal. Necesito descansar durante dos días, resolver el problema", añadió.

Armstrong fue trasladado en ambulancia al hospital vallisoletano, donde se confirmaron los temores de los médicos que atendieron en un primer momento al ciclista del Astana, que ha visto sus planes seriamente modificados.

Antes de esta caída, Armstrong, que volvió a la competición este año tras tres años y medio retirado, tenía previsto realizar una temporada basada en su participación en el Giro de Italia (9 de mayo-primero de junio), que ahora parece muy dudosa, y en el Tour de Francia, que empezará el 4 de julio en Mónaco.