Con voz afónica por la emoción, el técnico Da Silva, mesurado como es su estilo, no pudo dejar traslucir su alegría por el triunfo logrado. "Por suerte las cosas salieron como las habíamos planificado. El equipo entendió la propuesta y lo llevó a la practica excelentemente", afirmó respecto al planteamiento táctico que ordenó desde el vestuario.

"Boca nos metió muy atrás, pero jugamos con eso. Si terminamos con algún gol más no sorprendía a nadie, afirmó, pero reconoció que "estaba deseando que terminara el partido, sabíamos que hasta la última pelota iba a ser complicada".

Da Silva se mostró orgulloso de su plantel. "Acá no hay grandes figuras. Es un equipo solidario, respetuoso, da una imagen positiva del fútbol uruguayo. Debemos estar felices. Ahora hay que preparar lo que viene", explicó.

Respecto al futuro habló con mesura. "Ahora los ocho equipos son muy fuertes, están los brasileños, Estudiantes, Nacional, va a ser durísimo cualquier rival. La prioridad es el campeonato local. Los jugadores vienen respondiendo partido a partido. En el Centenario hubo un gran desgaste y después ganamos a nivel local. Es difícil porque tenemos un plantel chico, pero son grandes profesionales. Sólo nosotros creímos en el triunfo. Era un partido de un gol y así lo manejamos", concluyó Da Silva.

Julio Marchant, el mejor jugador de la cancha, cree que el secreto de Defensor está en la "solidaridad del equipo". El volante explicó que en la previa no dejamos de confiar en lo que podemos hacer en la cancha pero sabíamos que Boca hacía 6 años que no perdía acá por copa y la obligación que tenían de ganar. Lo que hicimos es histórico. Hemos dado el batacazo. Ahora es seguir soñando".

El arquero Martín Silva estuvo de acuerdo con Marchant de que se trató un triunfo histórico. "Por lo que significa Boca y por haber ganado acá en la Bombonera y porque este equipo está dando sus primeros pasos a nivel internacional". Para Silva el secreto del triunfo se encuentra en que el equipo estuvo concentrado los 90 minutos. "No dimos una pelota por perdida".

Rodrigo Mora reconoció que estaba un poco nervioso. "Pero la pelota no me quemaba, la agarraba y encaraba. Pudimos hacer otro gol más porque pusimos más velocidad".

Con esta derrota, Boca ingresó en un cono de sombras, ya que fue eliminado de manera prematura en un torneo en el que asomaba como uno de los grandes candidatos, y al que había dedicado todo su empeño en el semestre, en una temporada en la que tampoco jugó bien en el campeonato local. Esas dudas, que no habían aparecido hasta aquí en la Libertadores, surgieron en el momento menos indicado, con un equipo anémico en ataque, que dominó la pelota casi todo el tiempo, pero que careció de claridad para definir las ocasiones que creó.

"Éramos concientes que enfrentábamos a un gran equipo que está primero en su país. Estoy dolido porque quería seguir en la copa. Tenemos que ser concientes que hicimos 90 minutos muy malos pero enfrente había un buen rival", afirmó Juan Román Riquelme. "Parece que Boca tuviera la obligación de ganar la copa todos los años y eso no es posible. Esto va a doler mucho. Ahora hay que seguir entrenando. Hoy le pedimos disculpas a todos los hinchas de Boca que no les pudimos dar la alegría que vinieron a buscar. Le deseo la mejor de la suerte a Estudiantes", concluyó.