No los dejó ni respirar. Iban poco más de cinco minutos cuando Pandiani recibió la pelota en el área, de espaldas al arco, y con la marca de Paolo Maldini. El uruguayo giro, burlo al defensa y colocó un zurdazo fuerte, abajo, contra el palo izquierdo de Zetti. Uno a cero y el Depor empezaba a creer en el milagro. Eso solo fue el principio. Valerón y Luque ampliaron el marcador a tres x cero, al final del primer tiempo. El equipo gallego había dado una lección de fútbol y, con medio partido por jugar, ya había marcado la diferencia que necesitaba (había perdido 4-1 la ida). El segundo tiempo mostró a un equipo concentradísimo, que manejo los tiempos del partido, explotó las necesidades del rival y mostró una fortaleza defensiva envidiable. Y encima, Fran puso el cuarto a pocos minutos del final para redondear la fiesta. Pandiani abrió el camino, ganó casi siempre de arriba, hizo de poste a la perfección y corrió y marcó la salida del rival al mismo ritmo durante los 90 minutos.