Pudo ser una tragedia
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De acuerdo a la prensa boliviana la policía estaba mirando el partido entre River y Blooming en vez de controlar lo que sucedía en las tribunas. Había hinchas armados con fuegos artificiales y botellas desechables.
De acuerdo al periodista Juan C. Montaño, del diario El Deber, la falta de previsión en materia de seguridad que había en el en el estadio Ramón 'Tahuichi' Aguilera de Santa Cruz era alarmante y muy frecuente en los partidos del fútbol local.
Montaño cuenta que "los policías estaban distraídos con el partido, en las tribunas había botellas de plástico, los fuegos artificiales abundaban en las dos curvas y los barrabravas problemáticos, que supuestamente están identificados, habían ingresado y con entradas que la dirigencia supuestamente le sigue otorgando".
En el minuto 66, cuando se dio la agresión a Henry Giménez, el periodista denuncia que los policías estaban mirando el partido, desatendiendo totalmente su función. "Sólo así podía pasar que un inadaptado de la curva naciente, donde se ubica la barra de Blooming, salte el enmallado, corra unos 35 metros y pase junto a los uniformados. Corrió esa distancia, o más, sin que nadie se interpusiera en su camino".
Toda la prensa boliviana coincide en que era cuestión de tiempo para que ocurriera un incidente como el que sucedió en el partido entre River y Blooming. En otras ocasiones ya habían ingresado fanáticos, pero menos decididos que el que golpeó a Giménez.
Se denuncia ahora que no sólo falló la seguridad policial, sino que también faltó control en el ingreso de los fuegos artificiales, que hicieron de las suyas instantes después de la agresión. Los barrabravas comenzaron a lanzar los cohetes contra los jugadores de River que, por suerte, resultaron ilesos. En el primer tiempo, el árbitro peruano Víctor Hugo Carrillo estuvo a punto de detener el encuentro por falta de visibilidad en la cancha, por la humareda.
Mientras Carlos Bendeck, presidente de Blooming, negaba que se les hubiese entregado entradas libres a los integrantes de las barrabravas, la prensa boliviana publicó que un grupo sí recibió 150. El fiscal Joadel Bravo, que tomó el caso del agresor, afirmó que el Ministerio Público de Bolivia imputará al detenido, como también a las otras personas que facilitaron las entradas, en caso de comprobarse que sí se les entregó.
Más allá del la pérdida del partido, el incidente puede ocasionar una sanción al estadio Tahuichi o, en todo caso, una fuerte multa al club celeste, que fue el encargado del espectáculo. La decisión debe ser tomada por el comité ejecutivo de la Conmebol.
El reglamento de la Copa Libertadores de América es el que se aplica en la Sudamericana. En ese sentido, el artículo 15.1 señala que si un partido es suspendido por el árbitro, en razón de la intervención de los espectadores o por agresiones contra jueces o jugadores del equipo visitante, el club local será sancionado con la pérdida del partido, tras informe del comité ejecutivo de la Conmebol.
Además, en el artículo 15.3 indica que el estadio del club local, el cual fuese invadido por los espectadores o se agrediera a los árbitros y (o) los jugadores, será inhabilitado para los siguientes partidos del certamen. En ese punto también aclara que el comité ejecutivo de la Conmebol puede reemplazar la suspensión por una multa económica.
De todo lo malo, lo único rescatable es lo deportivo: River estaba ganando el partido 1 a 0 y con la suspensión se le otorgarán los puntos. Y más aún, si se aplica el artículo 19, en el que establece que los casos previstos en el artículo 15 se tomarán como resultado final del partido 3-0 a favor del equipo ganador, siempre que este resultado sea superior al real en el momento de la suspensión del encuentro.