El DT del Inter optó por sacar al ghanés Sulley Muntari del partido que su equipo disputaba frente al Bari por la primera fecha del Calcio italiano. El argumento: el jugador había ayunado para cumplir con Ramadán, correspondiente a la religión musulmana. Según el entrenador, al jugador le faltaban energías.

Poco demoraron en llegar los juicios de valor por parte de los fundamentalistas islámicos contra el DT. "Este hombre es tonto y debe ser callado de inmediato", y lo declararon como un "infiel enemigo de Alá" y un "estúpido que debe ser eliminado".

Ante el estado público que habían tomado sus declaraciones, Mourinho salió a poner "paños fríos" en el asunto, culpando a los medios de prensa.

Luego de las amenazas de muerte que recibió por parte de islamitas, Mourinho le dijo a los periodistas italianos, "si algo me pasa, va a ser responsabilidad de ustedes".

Pero el entrenador salió rápido a aclarar las cosas y culpó a la prensa por generar tensiones tras los comentarios que hizo sobre Muntari y el Ramadán.

El portugués que conduce al equipo italiano tuvo que aclarar nuevamente la situación, "Nunca dije que Muntari debía dejar de lado su fe. Si alguien en el mundo musulmán esta enojado conmigo, es culpa de ustedes", sentenció.

Lo cierto es que este fin de semana se disputa el clásico italiano entre el Milan y el Inter. El choque pasó a segundo plano, ya que la polémica de los jugadores musulmanes en Europa se disparó y Mourinho fue amenazado de muerte con ciertos sectores del Islam.

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