El objetivo de Púa se cumplió. Había que sumar de a tres y su equipo lo consiguió. No se vio un Peñarol muy diferente al conducido por Ribas, ya que el tiempo de trabajo del nuevo DT no fue abundante.

Peñarol tuvo destaques importantes que suscitan a la reflexión. Sosa fue un bastión abajo del arco. Salvó tres pelotas clave en el segundo tiempo, donde en cualquiera de ellas podría haber sido empate para los del norte.

En materia defensiva, los mirasoles no anduvieron. Lo cierto es que tampoco fueron exigidos 100%, pero en los tímidos ataques de Tacuarembó, la zaga (sobre todo) mostró flaquezas que deben ser limadas la más rápido posible, si Peñarol aspira a campeonar.

El joven lateral brasileño, Robson, fue importante en sus ataques y llegadas hasta la raya del fondo.

En la mitad de la cancha, ya es un clásico, el capitán Antonio Pacheco manejó los hilos de su equipo, así como también los tiempos del mismo. Inquietó mucho a la defensa de Tacuarembó, metiendo pases a las espaldas de los defensas.

Arriba Jonathan Ramis fue desnivelante. Se juntó por el sector derecho con Pacheco y causaron un dolor de cabeza constante para el equipo de la tierra de Gardel.

Así fue que llegó el gol mirasol a los 52’. Lateral ejecutado por Robson, Pacheco llega con pelota dominada a la raya del fondo y envía un centro al corazón del área. El balón no es despejado por nadie, y Ramis, en un claro oportunismo, le pega un derechazo mordido que va a para a la red.

El primer tiempo fue pobre. Peñarol propuso más que Tacuarembó, pero sus ataques no eran determinantes o sus delanteros marraban en el puntillazo final.

Braian Rodríguez tuvo su oportunidad a los 15’, luego de un pase de Pacheco, pero el ex Tacuarembó se dejó caer en el área y el ataque se frustró.

Mientras que Ramis sobre los 19’ elaboró una contra desde la mitad de la cancha, entró con pelota dominada al área y definió cruzado. En este caso la virtud fue del guardameta García que contuvo el remate.

Los del norte salieron de forma muy pasiva en el primer tiempo, no llegaron al arco de Sosa y se fueron al descanso con la obligación de dar otra imagen en la soleada tarde sabatina.

El segundo tiempo tuvo el gol tempranero de Peñarol, el cual obligó a Almada mover el banco. La entrada de Nicolay a los 60’ fue determinante. Cambió la cara de su equipo, inquietó la vulnerable defensa aurinegra y en cuestión de 10 minutos tuvo tres chances claras de gol, que no se consumaron por virtud del guardameta Sosa.

En pleno auge de Tacuarembó y nerviosismo de Peñarol, llega la expulsión del volante Pozzi, quien vio dos amarillas en apenas un minuto. La expulsión cambió el partido. Tacuarembó tenía todo para salir a empatar, pero los espacios de la mitad de la cancha permitieron a Peñarol llegar con mayor frecuencia.

Peñarol refrescó su delantera, sacó al autor del gol y puso al veloz Martinuccio. Minutos más tarde, ingresó el "Tornado" Alonso por Braian Rodríguez, de mal partido.

Los delanteros aprovecharon los espacios y la precisión de Pacheco. Peñarol, sobre los minutos finales tuvo diversas ocasiones para ampliar la ventaja, en los pies del inquieto Martinuccio, en más de una oportunidad y un mano a mano de Alonso que contuvo García.

Para el poco tiempo que tuvo Púa, fue negocio para Peñarol. No le sobró nada, pero ganó, hecho que en tiempos de crisis deportiva, no es menor.

Culminado el partido el DT dijo que: "El triunfo fue una alegría para el club y para la gente". Afirmó que el equipo "jugó inteligente" y se sacó protagonismo, asegurando que "a lo que se venía haciendo, le agregué mi impronta personal".

Sobre el final de sus declaraciones, Púa no quiso mirar para adelante, ya que enfatizó que "estoy haciendo un mandado como técnico interino" y aún no sabe si dirigirá el próximo fin de semana o si volverá a su cargo en formativas.