El partido será en la tercera jornada de la Liga de Campeones en Madrid.

"Para mí es la primera vez que juego contra un exequipo. Es una cosa nueva para mí, pero soy profesional y ahora juego con el Real Madrid. Veremos a ver qué pasa. Yo voy a dar el máximo", dijo.

Kaká, de 27 años, será el centro de las miradas en el estadio Santiago Bernabéu. Por parte del Real Madrid, porque la otra estrella blanca, Cristiano Ronaldo, no estará, y por lado del Milan, porque a sus antiguos compañeros no ha debido gustarles mucho su traspaso tras haber jurado y perjurado que se quedarían en Milán.

"Lo digo por última vez. No quiero irme del Milan. A los millones de tifosi del Milan les digo que ya he elegido. Quiero quedarme", había afirmado a la Gazzetta dello Sport pocos días antes de hacer oficial su traspaso al Real Madrid.

Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid, supo mostrarse convincente con el jugador, que llegó a Italia en 2003, y con los dirigentes del AC Milan.

Estos últimos deben de estar lamentando haber dejado marchar al elegante centrocampista brasileño, en un momento en que el equipo no parece ir muy bien, ni en Liga de Campeones (tercera plaza) ni en el campeonato italiano (octavo).

En cambio, en el Real Madrid todo va bien (primero del grupo C de la Liga de Campeones, segundo en la Liga) donde Kaká se ha adaptado rápidamente y donde se espera de él que dé una identidad de juego a los merengues, punto débil del equipo de Manuel Pellegrini hasta ahora.