La selección ha cambiado su imagen ante los uruguayos y el mundo, dejó de ser un equipo cargado de problemas, golpeador y que juega mal y se transformó en un grupo aceptado por los uruguayos, que reconocen en ellos el esfuerzo y el respeto por la celeste.

Este proceso significó un cambio generacional y un cambio en la elección de los jugadores, apostando no solo a sus cualidades futbolísticas, sino también a las condiciones de representantes nacionales y a su actitud ante medios y público.

Además de eso tuvo buenos momentos futbolísticos, también de los otros, alcanzando el mismo quinto puesto de los últimos 10 años.

Cuando digo de mantener el proceso no me refiero a mantener al técnico, esa evaluación la deberán hacer los dirigentes y el propio Tabárez, pero sí mantener una línea que él ha iniciado y que desde algún lugar de la AUF debería continuar.

De una vez por todas, deberíamos dejar de perder la experiencia adquirida en el éxito o fracaso, todo lo que se hizo, de bien y de mal no debería caer en saco roto y la imagen ganada por esta selección debería acrecentarse, manteniendo una política de selección como la alcanzada.

Será mucho más fácil si se logra ir al Mundial, pero eso tampoco debe ocultar que hay mucho para mejorar, si queremos ser asiduos mundialistas y superar ese quinto puesto nuestro de cada Eliminatoria.