Por Nicolás Aramendi

Las luces del CLT se apagaron. Las banderas de Uruguay y Chile flameaban en la Tribuna General. Un gran foco de luz blanca iluminó la entrada a la cancha y allí apareció la raqueta número uno de Uruguay y 50 del mundo: Pablo Cuevas.

Bolso al hombro y raqueta en mano, el salteño saludaba la ovación del colmado CLT.

Treinta segundos después fue el turno para la visita, el uno de Chile y 11 del Ranking ATP: Fernando González, que también fue masivamente aplaudido.

21.48 horas, moneda al aire, foto y cada jugador a su puesto.

Cuevas tenía la oportunidad de vencer a González, quien lo eliminó en las dos últimas semifinales del ATP de Viña del Mar.

Además, el uruguayo no quería perder el invicto en Montevideo –en singles-, ya que en octubre pasado se coronó en la Copa Petrobras sin perder partido alguno.

La expectativa de ver buen tenis era enorme. Y los tenistas no sólo colmaron ese anhelo, sino que también divirtieron al público durante una hora y 27 minutos, cuando Cuevas selló el doble 6-4 a su favor.
 
El partido.
El primer set arrancó cabeza a cabeza. Ninguno se sacaba ventaja hasta que en el 4-3 una doble falta de "Feña" González le dio el quiebre a "Pipino" Cuevas para dejarlo 5-3.

La potencia del chileno, aunque poco eficaz en sus saques, y los lujos del uruguayo ya le daban color a la fresca noche del miércoles.

González logró el 4-5 y casi complica a Cuevas para quedarse con el primer set. Treinta a cero empezó el game (a favor del salteño), pero el trasandino igualó. Cuevas no duró en recuperarse para lograr el set point y luego quedar 1 a 0.   

El segundo set comenzó con pie derecho para el uruguayo, ya que quebró en el primer game y se puso 1-0. Aunque poco le duró la alegría: tres saques en la red le dieron el quiebre a "Feña" y el 1-1.

Es este momento que los tenistas empiezan a soltarse y a divertirse más en la cancha.

González se puso 2-1, pero 2-2 no se hizo esperar, aunque sí levantó distintos estados de ánimo. Cuando iban 40-15 a favor de Cuevas, el chileno le dejó al uruguayo una pelota servida a menos de un metro de la red y este último optó por usar la cabeza en lugar de la raqueta: cabeceó la pelota y la misma quedó en la red. Muchos rieron; otros lo tildaron de "sobrador".       

Así vio el tanto Cuevas consultado por Espectador.com, a quien le había dicho días atrás que si jugaba al fútbol, iría de arquero: "Quedé flojo, erré un cabezazo en el borde del arco. La vi ahí en el momento... para poner un poco de buena onda al partido. (...) No hablamos (con Fernando) de eso, pero en las exhibiciones no te podés enojar por esas cosas. No hay problema".

Este fue el tono del partido: jugado con seriedad, pero también con espacios para la risa y la diversión.
 
"Todo el partido fue en serio. Obviamente había puntos que se podían dar de una manera más graciosa, más divertida. Pero creo que el partido en sí era en serio; era un buen partido en el medio de la pretemporada para tomarlo como competencia", afirmó Cuevas.

"(Antes) no hablamos nada del partido, se fue dando. Al principio, el partido como que estaba un poco más serio y después se fue poniendo más divertido", añadió el tenista charrúa.

En cuanto al score, Cuevas volvió a quebrar en el 3-2, luego amplió 4-2, achicó González en 3-4 y nuevamente Cuevas amplió a 5-3.

En el 4-5, llegó el turno del primer match point (30-40 a favor de Cuevas), pero el 50 del ATP regaló el punto: se la dejó para el smash, pero González se tomó revancha del cabezazo y acarició la pelota con un toque propio de alguien que hace cinco años ostenta el Top 20. La diferencia fue que la del chileno pasó la red.

Minutos después llegó el segundo match point, donde la raqueta número uno de Uruguay decretó el doble 6-4.

Cuevas se sacó la espina de ganarle a González y en este sentido dijo a Espectador.com: "Todo cuenta, por más que sea de exhibición uno quiere ganar. (Estoy) contento...".

Tras el abrazo en la mitad de la cancha, los deportistas lanzaron pelotas a la tribuna firmadas por ellos.

Luego fue la entrega de las placas recordatorias donde González dijo que volvió "con nostalgia". "Es un honor haber jugado acá... aunque perdí". En tanto, Cuevas agradeció a todos los presentes y dijo: "Espero que se hayan divertido como nosotros. Me gusta mucho jugar acá y me voy invicto en el CLT".

La fiesta en Carrasco finalizó con un gran show de fuegos artificiales.