Schumacher afirmó no hacerse problemas con que eventualmente su reputación de mejor piloto de la historia de la Fórmula 1 pueda resultar afectada con su regreso. "No importa lo que suceda, yo lo veo positivo. Si las cosas fueran de otro modo, también habrá que aceptarlo", explicó y agregó tener "una buena sensación". "Todos confían en mí, y yo más que nadie", justificó.

Al piloto más famoso de Alemania, que el 14 de marzo correrá su Grand Prix número 251, se le vio rebosante de energía tras tres años sin correr en la primera clase del automovilismo.

El trabajo conjunto con el jefe del equipo Ross Brawn y el nuevo equipo de Mercedes, para el que correrá durante los próximos tres años, es para él una fuente de inspiración, aseguró. Su compañero de equipo será el también alemán Nico Rosberg.

El corredor aludió a la última temporada de F1. "Ya vimos qué ajustadas son las carreras", opinó. "Hay que entrar a pelear con todo", señaló el piloto, cuya imparable ambición volvió a percibirse. "Es exactamente el tipo de desafío que busco, que me inspira y me pone en mi mejor estado".

"En lo referente al cuello", señaló el piloto sobre la lesión, "no queda absolutamente ningún interrogante".