Y para un equipo que va a jugar un Mundial, esto es fundamental, son muy pocas las oportunidades, apenas tres partidos y no hay que descuidarse. Hay que aprovechar cada minuto y todo lo que se lleve aprendido, para no llevarse una sorpresa, mejor.

En el partido contra Suiza, quedó claro eso, que no habrá sorpresas, que no las dará el técnico sacando un conejo de la galera llamado..., es que además no los hay.

No lo dará el equipo, porque tiene poca magia, es que no hay muchos magos uruguayos, entonces lo que tiene es colectivo, personalidad e idea de que hacer y si tiene finalistas, de esos que saben poner bien el pié para que entre y hacer la diferencia.

Uruguay va al Mundial sólido, de la mejor manera posible, con un grupo armado, con un equipo casi confirmado para el debut y con las ideas claras, fácil no hay nada, pero con la actitud protagonista de este equipo, algo es posible.