Ambos cambiaron, pero fundamentalmente cambió Peñarol. En el Torneo Apertura, al llegar a esta séptima fecha, Nacional tenía seis puntos perdidos, tres por sanción y una derrota ante River Plate. Peñarol tenía nueve puntos, había perdido el 50% de los puntos jugados, llevaba tres empates, una derrota y un cambio de técnico.

El "Pollo" Olivera no andaba y se lesionaba, Sergio Orteman no llegaba, Diego Alonso no podía con su cuerpo y Víctor Púa lo arregló como para tirar.

Nacional iba a perder ante Wanderers y después iba a cambiar todo, pues con la llegada de Lodeiro, el "Morro" y Coates, cambió todo, pasó de ser un equipo lento y anunciado a ser una máquina a toda velocidad. Ganó todos los partidos, incluido el clásico y se quedó con el Apertura.

Ahora el papel se ha invertido, el "avión" es Peñarol, con la llegada de Urretavizcaya y Arevalo Ríos, más Orteman que llegó y se puso en forma. Todo mejoró, salvo el "Pollo" que igual. Diego Aguirre no lo arregló para tirar, lo armó para ganar y lo está consiguiendo, pero aun le resta mucho campeonato, eso sí, ya lleva seis partidos ganados al hilo y eso no es poco.

La otra cara de la moneda es Nacional, al que las cosas no le salieron como en el Apertura. Dos derrotas y un empate dueles, más si el equipo no juega bien, y esto es una percepción subjetiva, pero aun cuando gana, no convence, Eduardo Acevedo da vueltas la fichas pero no encuentra la forma del rompecabezas, y si bien pueden darse los resultados, no va con su estilo de asegurar los resultados con solvencia futbolística.