Es una decisión "que se puede imputar a la arrogancia", dijo Poll a la BBC, y aseguró estar "decepcionado pero no sorprendido".

"Rechazar la tecnología no ayuda a los árbitros", dijo un día después de que la International Board (IFAB), el órgano que dictamina las reglas del fútbol y que asesora a la FIFA, decidiera no utilizar esta tecnología.

"Parece que una de las razones invocadas es que a la gente les gusta hablar en los pubs, como si estuviéramos en 1966, para saber si el balón entró o no en la línea. El mundo cambió mucho desde entonces", dijo Poll irónicamente.

El árbitro se refería a la final entre Inglaterra y Alemania en la Copa del Mundo de 1966. Cuando el marcador estaba 2 a 2, Geoff Hurst marcó en la prórroga uno de los goles más controvertidos de la historia, con un balón del que nunca quedó claro si había pasado o no la línea.

Inglaterra terminó ganando 4 a 2 y obtuvo el que fuera el más importante gran trofeo de su historia.

AFP