El partido tuvo una misma escena de principio a fin: Barcelona con la pelota merodeando el área de Julio César e Inter con nueve, o hasta diez hombres, apretados en 25 metros de cancha. Más aún tras la expulsión de Thiago Motta, a los 28 del primer tiempo.

El juego de Inter supuso limitarse a defender su arco, apostando sus hombres en dos líneas, una sobre la línea del área y otra a escasos 15 metros de distancia. Consiguió que Barcelona nunca llegase con peligro real hasta el arquero Julio César, que cuando fue probado con tiros lejanos, respondió con gran eficiencia.
 
Sólo a cuatro minutos del final del partido, Gerard Piqué consiguió lo que ninguno y dio el ansiado gol a Barcelona y un dramático final sobrevino en el Camp Nou. Los "azulgrana" maniataron al equipo del portugués Mourinho, lanzando centros y buscando con tiros desde lejos, pero no lograron apuntar el segundo gol que supondría su pase a la final.
 
Inter desde 1965 que no es campeón de Europa y desde el 1972 que no juega una final. El próximo 22 de mayo tendrá la oportunidad de conseguir su tercer título frente Bayern Munich, cuando se enfrenten en el mítico Santiago Bernabeu madrileño.