El domingo, Ferrer, que disputará su primera final de un torneo de categoría Masters 1000, se verá con el ganador del duelo entre el español Rafael Nadal (N.3) y el letón Ernests Gulbis, 40ª del mundo y 'verdugo' el martes en dieciseisavos del número uno, el suizo Roger Federer.

Verdasco, finalista hace dos semanas en Montecarlo y campeón el domingo en Bacelona, empezó el partido de manera fulgurante, poniéndose pronto con un 5-1 favorable en el primer set, pero su rival alicantino reaccionó y consiguió darle la vuelta a la situación.

El madrileño, noveno de la ATP, mostró síntomas de cansancio por la acumulación de partidos en las tres últimas semanas y empezó a estar muy impreciso, con problemas para moverse por la pista después de la dura batalla de más de tres horas el viernes, en cuartos frente al serbio Novak Djokovic.

Ferrer, que había ganado en la ronda anterior al francés Jo Wilfried Tsonga con mucha más comodidad, fue entonces muy superior y terminó como dueño y señor del partido, dejando su mal inicio como un mero espejismo.

El resultado sirve además como revancha del partido que enfrentó a ambos tenistas en las semifinales de Barcelona, justo hace una semana. Allí, Verdasco había derrotado al 17º jugador de la lista mundial en tres sets, por 6-7 (3/7), 7-4 y 6-1.