Por Andrés Guidali, desde Roland Garros especial para Espectador.com

La hermosa ciudad de París parece haberse preparado especialmente para recibir el abierto de Roland Garros. Hoy domingo el clima ya dejó de tener altos y bajos -como hasta la semana pasada- y pareciera haber hecho un convenio con la organización del torneo, para asegurarse que nadie siquiera pensara en devolver su entrada.

París en el fin de semana ha estado quieta, y la gente parece estar más lenta, producto de esos primeros calores que hacen que uno vaya disfrutando por la calle, del simple hecho de caminar. El único movimiento, aparentemente, está en el complejo de Roland Garros y hasta parece, por los avisos en la calles y el ánimo de la gente, que no fueran a participar del mundial de fútbol; producto quizás de la pseudo culpa de haber clasificado gracias a los dotes tenísticos de Henry.

Pero lo importante es que la actividad en el abierto francés comenzó hoy a una velocidad impresionante y resulta difícil ir asimilando toda la información que pasa dentro y fuera de las canchas. El público se transforma en una especie de "pogo" de concierto musical que vuelve difícil pasar de una cancha a otra, y sin duda los tenistas gozan, en estos días, de la misma popularidad que cualquiera de los músicos mas conocidos.

Más allá de algunos nombres famosos –entre los que están varios de los mejores pre clasificados–, algunas sorpresas que se puedan dar y los ánimos de los franceses de tener a alguno de sus jugadores en las instancias finales, los ecos de los distintos estadios no paran de hablar de lo mismo; la gente no puede dejar de pensar en una final masculina suizo-española y, por momentos, da la sensación de que el resto de los participantes sólo fueran vallas que hay que ir no saltando, sino solo golpeándolas.

Pero no hay que apresurarse y, aunque algunos medios más exitistas hagan ese tipo de preguntas en las conferencias de prensa de "Roger" o "Rafa", no hay que olvidar que el pasado año Nadal cayó en cuartos de final ante el sueco Soderling; que de pasada, y ya que lo mencionamos, arrancó ganándole al francés Laurent Recouderc, dándole un "paseo" por la cancha principal, como si el galo no conociera sus propias instalaciones.

La suerte de algunos de los representantes latinos fue parecida a la del francés, ya que el brasileño Ricardo Mello no pudo hacer demasiado frente al preclasificado Nº 10 Marin Cilic y el chileno Nicolás "El Vampiro" Massu perdió en un ajustadísimo encuentro de cinco sets frente al italiano Fabio Fognini. Lo encargados de defender el honor latino en tierras europeas fueron los argentinos Gisella Dulko –que dio una gran sorpresa al vencer a la preclasificada Nº 10 Victoria Azarenka–, Juan Ignacio Chela –que superó sin demasiado sobresaltos al norteamericano Ryan Sweeting– y Alejandro Falla, que ganó en sets corridos ante el serbio Janko Tipsarevic.

Todavía esperamos algunos detalles sobre el debut de Pablo Cuevas, ya que estamos bien informados de lo difícil que puede ser su primera rueda, pero no del día y la hora en que lo hará. De hecho, ya está confirmado que no debutará mañana lunes, precisión no menor si pensamos que puede afectar su descanso, dependiendo de quién sea su rival y qué día haya jugado.