Forlán, según Forlán
El goleador del Atlético de Madrid es un futbolista de raza que pone alas a los sueños de avanzar en el Mundial de Sudáfrica-2010. Su padre, el Boniato Forlán, habla sobre su hijo.
De 31 años, Forlán tiene, como jugador, "dos cosas muy importantes: mucha velocidad y muy buena pegada con los dos pies", describió su padre, Pablo 'Boniato' Forlán, campeón de la Libertadores y de la Intercontinental en 1966 con Peñarol, y participante de tres Mundiales con la selección uruguaya.
Ex jugador del Sao Paulo y del Cruzeiro, Forlán padre dice que "hay mucha gente que no sabe si Diego es zurdo o derecho", aunque "es derecho".
"Diego tiene velocidad, es explosivo, tiene el dribling y saca el tiro, que puede ser de zurda o derecha", aseveró Forlán padre, que confesó que "Diego me pide consejo hasta el día de hoy".
'Pichichi' de la liga española y 'Bota de Oro' de Europa en 2009, Diego Forlán tiene una estadística de 22 goles con la camiseta de Uruguay, con la que ha jugado 55 partidos, de los que ganó 20, empató 19 y perdió 16.
Forlán, que llega al Mundial como héroe del Atlético de Madrid, ha sido pieza fundamental en el andamiaje montado por el técnico Óscar Tabárez desde que tomó las riendas del seleccionado en 2006.
Arrancó en las divisiones juveniles de Peñarol y Danubio, y como profesional estuvo cuatro años en Independiente de Argentina, donde debutó en octubre de 1998.
A petición expresa de Sir Alex Ferguson, recaló en el Manchester United de Inglaterra. Tres años después pasó al Villarreal, hasta junio de 2007, que fichó para el Atlético, con el que tiene contrato hasta 2013.
Diego viene de una familia de deportistas. Además de su padre, sus dos abuelos fueron futbolistas, y el materno, Juan Carlos Corazo, de especial destaque, pues fue DT del combinado uruguayo, con el que salió dos veces campeón de América y llevó a Uruguay al Mundial de Chile-1962.
El hermano mayor de Diego, Pablo, también fue jugador de fútbol, aunque ahora es su representante. "Todos nosotros siempre fuimos deportistas", dijo el Boniato, y afirmó que Diego, el menor de cuatro hermanos, "jugaba a todo" aunque "siempre tuvo más inclinación por el fútbol y por el tenis".
"El buen deportista pasa por su motricidad. Cuando Diego tenía 4 o 5 años, a mi me decían que tenía una motricidad de 8 años" y "ahí es donde está la diferencia del jugador clase A", dijo su padre, quien estimó que "si hubiera sido tenista, Diego hubiera andado peleando arriba, no tengo duda".
Por otra parte, desmintió las versiones acerca de que la motivación de Diego para jugar al fútbol respondió a las necesidades económicas familiares para financiar los tratamientos de rehabilitación de su hermana Alejandra, quien quedó paralítica en 1991 tras un accidente de tránsito.
"La quiere mucho y la mima mucho" pero "Diego no jugó por su hermana, que gracias a Dios está bien, está trabajando, es psicóloga, tiene su fundación... No lo hizo por ella, para nada", afirmó.
Por otra parte, destacó que su hijo, uno de los máximos ídolos deportivos de los niños uruguayos y embajador de Unicef desde 2005, "es muy tranquilo, vive para el fútbol, se cuida mucho físicamente" y "hasta los 38 años no deja de jugar. Esa es su meta. Yo jugué hasta los 39".