La Celeste en Sudáfrica 2010

Un rival fuerte y competitivo

Un rival fuerte y competitivo

A las 20.30 horas de este miércoles, Uruguay jugará su último partido ante la selección de Israel antes de viajar a Sudáfrica. Israel estuvo a un punto de llegar al Mundial e incluso venció a Rusia.

Más allá de que cuando el árbitro chileno Enrique Osses haga sonar su silbato y comience a rodar el balón poco van a importar los antecedentes de cada uno de los seleccionados, siempre es importante tenerlos en cuenta.

El fútbol fue adquiriendo popularidad y relieve en una joven sociedad israelí, cuyas simpatías, hasta hace poco, se concentraban en el básquetbol y los deportes acuáticos.

La inmigración desde América del Sur, principalmente de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, sirvió para impulsar a un deporte entonces devaluado como el fútbol. "Tener jugadores que vivan el fútbol desde el punto de vista sudamericano hace crecer al deporte israelí", comentó a Espectador.com el delantero argentino-israelí Roberto Colautti.

El conjunto asiático, que curiosamente juega torneos europeos, tiene en sus filas a jugadores que se destacan fuera del ámbito local. Su capitán, Yossi Benayoun, triunfa en el fútbol inglés siendo una de las figuras del Liverpool FC.

Por disposición de la UEFA (Asociación de Fútbol Europeo), Israel compite en la jurisprudencia europea. En tal sentido, puede participar en la Eurocopa y los copas de clubes del continente, al tiempo que, en las eliminatorias de clasificación a las copas del mundo, debe enfrentarse a países con mayor reputación que los que enfrentaría si perteneciera al bloque asiático. Sobre este especto, Colautti cree que "contribuye a que se subestime a la selección de Israel, que tiene limitaciones como muchas otras selecciones pero también tiene excelentes jugadores". Además, "siempre somos locales en Chipre y eso afecta; por razones de seguridad nunca pudimos hacer de locales en Israel. Yo hace tres años que juego y nunca fui local ante mi gente".

Para Dudu Aouate, jugar en el Viejo Continente no es el motivo por el cuál están fuera de la máxima cita del fútbol y "además nos da la posibilidad de jugar en Europa y acercarnos al nivel de ellos. Jugamos la UEFA y, si bien es difícil, estamos intentando hacerlo cada vez mejor".

Israel cuenta con integrantes de la comunidad árabe entre sus jugadores y esto es entendido por la sociedad como un elemento de integración entre los pueblos. En el proceso de esta selección, si bien no estarán el miércoles contra Uruguay, participaron los árabes Salid Blair y Nejwan Gravey. Poder mezclar componentes de ambos sectores, que fuera del terreno de juego es una tarea tan complicada, no es un dato menor y "con un poco de inglés se puede hacer todo. Son una sociedad como cualquier otra", aseguró Colautti. Aouate sostuvo: "Tenemos jugadores árabes, musulmanes, cristianos y judíos. Tenemos una muy buena relación, una excelente convivencia. No hay ningún problema".

Los antecedentes entre estas dos selecciones son reducidos. El único encuentro oficial que enfrentó a estos equipos fue en la Copa Mundial México 1970 –único Mundial que jugó Israel– y terminó con victoria uruguaya por 2 a 0, con tantos marcados por Ildo Maneiro y Juan Martín Mujica. Sin embargo, en lo extraoficial se registran cuatro cruces más, todos en cancha israelí.

Para Roberto Colautti, jugar en el Centenario "es un gran honor, un orgullo. Es un estadio con mucha historia". En cuanto a los referentes uruguayos piensa "que Forlán es un gran jugador, un gran goleador y ha tenido un buen año con el Atlético; eso significa mucho", agregó.

Aouate, arquero del Mallorca y de la selección israelí, concluyó diciendo que "Israel no está en el Mundial por un punto. Siempre nos falta algo. Esperamos que el nuevo entrenador nos ayude y clasifiquemos".